En ese lugar, alguna vez, hubo un balcón natural al río. Se llamaban –la gente le decía– los miradores de la Toma Vieja. El sitio después entró en una disputa entre un privado y el Estado municipal. Ahí se pretendió construir un boliche, pero cuando esa pretensión se hizo pública, la Municipalidad de Paraná alzó la voz, y reclamó su expropiación. Se expropiaron. Y se empezó a construir el «Portal» de la Toma Vieja. Pero eso fue durante el gobierno de Blanca Osuna. El «Portal» se terminó pero nunca se inauguró y ahora está destruido. El terreno de los miradores, abandonado, y ahora, otra vez, un cartel de que aquello está en venta. ¿La historia se repite?
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

