Estuvo en la procesión, en medio de los beatos que asistieron a la celebración patronal de san Miguel, el viernes 29, mezclado con las familias que fueron a acompañar a sus hijos a su primera comunión. Casi en segundo plano se puso, pero su figura no pasó inadvertida para nadie: el cura Leovigildo Escorcia, delegado en Paraná de la Cruzada del Espíritu Santo, estuvo junto a otros sacerdotes al lado del arzobispo Juan Alberto Puiggari.
¿Quién es el cura Escorcia? Es rosarino, está a cargo en Paraná de la casa general de la Cruzada del Espíritu Santo, la orden religiosa fundada por el irlandés Thomas Walsh, que después dirigió Ignacio Peries, y que ahora comanda, desde Texas, Estados Unidos, el colombiano Henry Echavarría. El cuartel general de la Cruzada está en calle Comandante Espora al 500, y allí pasó sus días Escobar Gaviria, cuando la Justicia lo tuvo bajo investigación, y vigilado.
Fue el único miembro del clero que se mostró abiertamente del lado de Escobar Gaviria durante las jornadas del juicio oral que se siguió adelante en el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay entre el 22 y el 28 de agosto último. Allí, el sacerdote, expárroco de Lucas González, terminó condenado a 25 años de prisión, y carga con los gravísimos delitos de corrupción y abuso sexual de menores.
Escorcia viajó durante esas jornadas a Gualeguay y asistió al grupo de seguidores de Escobar Gaviria que aguardaba novedades del juicio en un sector de la Plaza Constitución.
En la festividad de san Miguel, el arzobispo Puiggari no le dedicó ni una línea a las víctimas del cura Escobar Gaviria, y se dedicó a predicar contra la modernidad. «En estos tiempos, cuando la misma base de la sociedad está tambaleándose, como consecuencia de haber negado los derechos de Dios, debemos revivir la devoción a san Miguel -dijo-. Más que nunca necesitamos la ayuda de san Miguel, en orden a mantenernos fieles en la fe. El ateísmo práctico, el secularismo y la falta de fe han penetrado todos los sectores de nuestra sociedad. Es nuestra misión confesar valientemente nuestra fe. Con alegría, con certezas, y manifestar nuestro amor a Jesucristo”.
Ni una línea le dedicó a sus propios sacerdotes involucrados en causas penales por abuso, ni siquiera a uno de los suyos ya condenado por la Justicia.
Y permitió que un adláter de Escobar Gaviria lavara su imagen sin siquiera pronunciar palabra.
Foto: Canal 9
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.