La advocación católica a María Auxiliadora, dicen los historiadores de la Iglesia, empezó en el año 345, impulsado por san Juan Crisóstomo, pero sería en 1860 cuando se le aparece a san Juan Bosco  y es entonces, impulsada por el fundador de los salesianos, que la devoción crece en todo el mundo.

María Grande, a 65 kilómetros de Paraná, tiene a María Auxiliadora como su patrona y la imagen religiosa está omnipresente. Hay pequeñas vírgenes por toda la ciudad, y hasta en las escuelas públicas se han entronizado imágenes de María Auxiliadora. El profesor Francisco Albarenque revela un dato: la única que resistió que se “entronice” una imagen fue la Escuela Secundaria Nº 55 Héroes de Malvinas. Después, en las otras  instituciones educativas que hay en María Grande, la virgen está presente al ingreso de estudiantes y docentes, cada día; todos los días.

Ahora,  se conoció el proyecto de ubicar una nueva imagen de María Auxiliadora en uno de los tres accesos a la ciudad, otra más, al final de un paseo aeróbico que se construyó, y que finaliza a 2,5 kilómetros de la ciudad, cerca de la Sociedad Rural.

“La quieren ubicar al final de la senda peatonal, que se construyó para caminatas aeróbicas, que llega hasta la Rural. Ahí pondrían la virgen. La excusa es poner una virgen en cada entrada a la ciudad. Hay tres entradas. Pero ya hay un templete a 2 kilómetros del lugar en el que ahora quieren poner la virgen”, contó el docente.

Albarenque es uno de los firmantes de un petitorio que se presentó ante el intendente de María Grande, Hugo Main, y también dirigida al párroco de la ciudad, Ariel Follonier, en la que manifiestan su rechazo a esa propuesta. En el texto, expresan “el desacuerdo y total disconformidad con la puesta en marcha de la instalación de otra imagen católica al final de la nueva senda peatonal”.

La devoción a la virgen no impidió que María Grande quedara en medio del escándalo en mayo de 2016  cuando se conoció que el vicario parroquial de María Auxiliadora, Miguel Oviedo, se viera envuelto en un escándalo: debió renunciar al sacerdocio después de que se supiera que había tenido una relación sentimental con una mujer, producto de lo cual se convirtió en papá.

 

El párroco Ariel Follonier.

 

Ahora, en María Grande ha crecido una corriente que se opone a tanto clericalismo en la ciudad. Un grupo presentó un petitorio para que no se instale una nueva virgen –de las tantas que ya hay– en un paseo público.

“Consideramos que un espacio de esparcimiento no es un lugar de culto y así como sería seguramente mal visto hacer actividad física en un templo, creemos que no es adecuada la instalación de imágenes de una religión que no todos profesamos en un lugar que como antes mencionamos, es público. La instalación de esa imagen hiere sentimientos íntimos de muchos de nosotros que creemos que con esto  no se respeta la libertad de culto al encontrar en cada rincón de la ciudad objetos de veneración piadosa”, plantean en la carta los vecinos.

En el petitorio, reclaman conocer si el Ejecutivo Municipal está al corriente de la idea de emplazar una imagen religiosa en un paseo público, y de ser así, preguntan “si se prestó autorización para uso de espacio público mediante acto válido. Si se prestó autorización, solicitamos se revoque por contrario imperio por los argumentos expuestos”.

 

Y además plantean que “en lo futuro no prestar autorización ni soporte logístico o económico para instalación de imágenes religiosas en espacios públicos. Interesar al Honorable Consejo Deliberante para el dictado de una ordenanza que legisle la materia, luego de un debate plural y amplio que siga la lógica de lo justo en un estado de derecho, finaliza la nota de los vecinos”.

La polémica recién arranca, y el asunto lejos está de resolverse. Ahora, aguardan la respuesta del intendente Maian.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.