Este viernes 17 se cumplieron 22 años de la desaparición de los jóvenes Héctor Gómez y Martín Basualdo. Y en recordación de ese hecho y para reconstruir el mural que es testimonio de la búsqueda de la verdad por ese hecho, el Colectivo de Educadores Barriales se concentró en la esquina de Ameghino y Burmeister, en barrio La Floresta, para restaurarlo, luego del daño que le provocó la fuerte tormenta que se desató en febrero último.
Ese Colectivo, además, elaboró el texto que sigue, que sirve para entender y conocer algo más de aquellas desapariciones:
El viernes 17 de junio estuvimos compartiendo y haciendo memoria por lxs desaprecidxs en democracia con vecinas y vecinos del barrio La Floresta de Paraná, estudiantes y docentes de la Escuela Guadalupe que pertenecen al CAJ (Centro de Actividades Juveniles) Mate Libre, los copañeros del Colectivo Cimarrón de Trabajadorxs, y los integrantes del Frente de Artistas Callejeros Independientes de Paraná. Gracias a todos lxs que se hicieron presente esta mañana. Estuvimos de radio abierta, rap en vivo, malabares y la pintada del mural.
Un año más, y contamos 22, un año más de impunidad, un año más donde quieren dejarnos sin historia, sin recuerdos, sin anécdotas, sin risas. Un año más que pretenden que nos callemos, que seamos cómplices del silencio del poder, del estado que ultraja nuestros cuerpos y nos desaparece, nos asesina. Un año más de la pantomima de los gobiernos que pasan, y para los pobres, los de abajo, los invisibles… ni justicia.
Pero también es un año más donde decidimos no mirar para otro lado, no hacer silencio y decirnos presentes, nombrarlos, recordarlos, contarles y contarnos lo que pasó por duro que sea, para construirnos y construir nuestra memoria.
Héctor Gómez y Martín Basualdo se conocían desde niños y la mañana del jueves 16 de junio 1994 salieron bien temprano de La Floresta (Paraná, Entre Ríos) donde siempre habían vivido. Pasarían por el Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos, de donde retiraron leche en polvo para una sobrina recién nacida de Héctor y luego irían a ver una changa, pero no se supo nada más de ellos. Mediante la reconstrucción de los hechos se pudo establecer cómo intervino la policía, que fueron secuestrados en un Ford Falcón azul, y la presencia de un agente de apellido Martínez y el oficial Claudio Mendieta, ambos de la comisaría 5ta.
En los meses previos Martín Basualdo había sido detenido en cinco oportunidades por el personal de la 5ta. y la última vez había recibido una paliza brutal que denunció ante la justicia. Aquella es la misma comisaría donde se lo vio con vida por última vez a Marcelo “Totín” Pérez, desaparecido el domingo 11 de marzo de ese mismo año. El cuerpo de Totín fue encontrado el 1º de junio de 1995 con un disparo en la cabeza con entrada por la boca. También la 5ta fue señalada como culpable por la desaparición de Elías Gorosito el 13 de febrero de 2002, luego de ser interceptado por oficiales y metido en un móvil perteneciente a dicha comisaría.
Recordando junio no podemos dejar de mencionar la represión del estado que asesinó a los luchadores sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán del año 2002. El 26 se cumplen 14 años, y muchos de los responsables políticos y autores materiales del hecho, gozan de la impunidad que les otorga el poder.
Nos resistimos a olvidar porque sabemos que las lógicas de represión usadas en otra época por el aparato estatal siguen vigentes en los barrios. Presentes en el control territorial que se realiza a lxs de abajo, en el hostigamiento que lxs gurisxs pobres sufren a manos de la policía para que no vayan al centro de la ciudad, en las torturas en comisarías.
También queremos visibilizar, porque lo vivimos, el hostigamiento sufrido por lxs trabajadorxs de la cultura y el arte callejero. Donde la policía en complicidad con la municipalidad, argumentando ordenanzas inexistentes, les prohíbe desarrollar el trabajo que permite su sustento brindando alegría y arte en la ciudad.
Por querer visibilizar y tener memoria es que el CAJ Mate libre, en el que participan docentes y gurisxs de la Escuela Guadalupe, hace un poquito más de un año decidió recuperar la historia de la violencia institucional del barrio “La Floresta”. Entonces pintamos nuevamente el mural sobre calle Florentino Ameghino (que había sido tapado por la secretaria de ambiente de la municipalidad de Paraná), para que sigan presentes en esas calles por las que caminaron.
Una vez más intentamos pensarnos armando nuestra historia, las de nuestros barrios, de las calles que transitamos, la memoria de lucha que permita organizar esa rebeldía que nos subleva y nos permite juntarnos para construir un mundo donde quepan muchos mundos.
Centro de Actividades Juveniles (CAJ) Mate Libre
Frente de Artistas Callejeros Independientes de Paraná
Colectivo Cimarrón de Trabajadorxs
Colectivo de Educadorxs Barriales