«Tengamos presente en la oración a monseñor Maulion, se encuentra muy delicado de salud».
El mensaje circuló este domingo en cadena de whatsapp, y fue enviado desde el arzobispado.
Se trata del arzobispo emérito de Paraná, que desde que dejó el gobierno de la Iglesia local, se radicó y pasa sus días en Rosario, cuyo estado de salud es grave.
Mario Luis Bautista Maulión asumió el mando de la Iglesia de Paraná el 9 de julio de 2003 y se mantuvo en el cargo hasta que alcanzó la edad límite para el servicio activo, los 75 años. El 4 de noviembre de 2010 el papa Benedicto XVI aceptó su dimisión, y designó en su reemplazo al entonces obispo de Mar del Plata, Juan Alberto Puiggari, que tomó posesión de su nueva función el 7 de marzo de 2011.
Nació en Carcarañá, provincia de Santa Fe, el 4 de diciembre de 1934. En poco menos de dos meses, cumplirá 83 años.
Fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 1960 en la catedral de Rosario, Santa Fe, por monseñor Silvino Martínez, obispo de Rosario; fue trasladado como obispo de San Nicolás de los Arroyos el 8 de mayo de 1995, tomó posesión de esa sede el 9 de julio de 1995; y luego fue promovido a arzobispo de Paraná el 29 de abril de 2003. Se convirtió así en el noveno diocesano.
Estanislao Karlic, Juan Alberto Puiggari, Mario Maulión.
Aunque escogió mantenerse al margen, fue una figura clave en la primera investigación judicial por los abusos en el clero de Paraná: en 2010 un grupo de sacerdotes lo puso al corriente de los abusos del cura Ilarraz y le pidieron que lo denunciara en la Justicia.
Cuando fue citado a prestar declaración como testigo en la causa que llevará a juicio oral al cura Ilarraz el 13 de noviembre próximo, Maulión contó que tomó conocimiento de los hechos vinculados al sacerdote Ilarraz, pero se desligó de todo por cuanto, dijo, «sucedieron con anterioridad a que asumiera como arzobispo, por conversaciones» con uno de los denunciantes del cura, «por una nota de un grupo de sacerdotes y que no puede precisar en qué fecha fue. Que no le correspondía tomar ninguna medida al respecto ya que se trataban de hechos acaecidos con anterioridad a su asunción como arzobispo de Paraná. Que recibió la referida nota de varios sacerdotes pero su tratamiento quedó para el nuevo obispo (Juan Alberto Puiggari) porque él ya estaba dejando sus funciones, cree que ya se encontraba como administrador apostólico. Que la incardinación- excardinación es un trámite escrito previsto en el Código de Derecho Canónico vigente desde 1983 en los cánones 265 a 289, mediante la cual un sacerdote solicita autorización para pertenecer a otra diócesis. Que para ello se requiere la conformidad del obispo donde va a residir y del obispo donde anteriormente residía. Que tenía conocimiento de la situación del sacerdote Ilarraz pero no en forma detallada y pormenorizada; esto fue informado al obispo de la diócesis de Concepción de Tucumán, monseñor (José María) Rossi. Que sólo tuvo conversaciones informales con el señor HR (denunciante de Ilarraz) , quién le relató sin muchos detalles la situación de abusos que había vivido en el Seminario Menor entre los años 1992 a 1995. Que le ofreció su ayuda, contención pastoral, incluso la posibilidad de acompañar y sostener una terapia de rehabilitación. Sostuvo que por tener el Sacramento del Orden pesa sobre él, el sigilo sacramental que es absoluto, además del secreto de oficio que obliga a cualquier ciudadano en temas que hacen a su conocimiento en razón del cargo o profesión, y por último, la reserva propia de asuntos de conciencia. Que estas restricciones son ajenas a los hechos que se investigan respecto del señor Ilarraz. Expresó asimismo que no tiene otro superior que el Papa y que obviamente no recibió ninguna instrucción y nada por el estilo. Manifestó que no ha estado personalmente con Ilarraz, que cuando se hizo cargo de la Diócesis, el señor Ilarraz no residía en Paraná», según se lee en el expediente judicial.
Y agregó: «Que los hechos ocurrieron con anterioridad a que asumiera y que la investigación diocesana había concluido, no recordando con exactitud la fecha en que tomó conocimiento de la misma, de donde surgía la prohibición de residencia de Ilarraz en diócesis y de todo contacto con seminaristas. Que esta situación no impedía jurídicamente ningún trámite de excardinación porque se trata de un cambio de diócesis. Que la excardinación del señor Ilarraz se hizo conforme a las reglas del Código de Derecho Canónico. Asimismo refirió desconocer el rol desempeñado por el entonces presbítero Juan Alberto Puiggari en las actuaciones diocesanas y la fecha en que las mismas se comunicaron a la Santa Sede. No recuerda haber recibido respuesta alguna de la Santa Sede, por ser los hechos anteriores a su desempeño».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.