La tarde cae en el centro de Diamante, y el cielo muestra una geografía de nubes muy caprichosa. En un rato, una tormenta brava se va a desatar pero por ahora todo es calma. Las torres de la parroquia San Cipriano y San Javier se destacan sobre el resto de las construcciones y dominan la plaza principal y varias cuadras a la redonda. En un rato ya no habrá sol, ni noche calma: sólo un aguacero que se extenderá varios minutos, para después dar lugar a la calma. Como ahora.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.