La Escuela Privada Jesús Maestro y Señor, de Oro Verde, depende de la curia. El apoderado legal fue el cura Alfredo Nicola, hasta que misteriosamente a finales de octubre pasado decidió tomar un año sabático y, en acuerdo con el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, se apartó de su función de párroco de la parroquia Jesucristo Maestro y Señor de la Humanidad y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya.

Allí, en esa escuela, esta semana ocurrió un incidente curioso, que generó demasiadas sospechas: la desaparición, en medio de la noche del martes, de un profesor de música, Gabriel Emanuel Flores, que finalmente apareció el jueves, y que después se supo cuál había sido el motivo de su ausencia: una denuncia por abuso presentada el miércoles en la Justicia.

No bien se supo de la ida del docente, los padres empezaron a correr el velo de un asunto que hasta entonces se había mantenido silenciado: las sospechas de abuso hacia los alumnos de la escuela primaria de la Parroquia de Oro Verde, una institución educativa creada por el cura Nicola, que a su vez fue su apoderado legal. Nicola, claro, ahora ya no está en Oro Verde.

El propio Nicola se encargó de informar a sus seguidores de su apartamiento del clero, sin dar muchas explicaciones al respecto. En un mensaje en cadena enviado por la red social whatsapp, contó:  “Hola! Les escribe el padre Alfredo Nicola. Les comunico que voy a estar ausente con los audios por un tiempo para dedicarme más a mi mismo y a mi interioridad. Estoy estresado y pasado de vueltas. Les agradezco que recen por mi. Yo rezo por cada uno. Seguimos unidos!!! Amén… y adelante!!!”

Nicola fue el fundador de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor, de Oro Verde, y responsable del docente Gabriel Flores, quien esta semana protagonizó un extraño suceso: a medianoche del martes 14 se ausentó de su casa, al otro día no fue a dar clases, y esa sola situación bastó para que la directora de la escuela, Daniela Cabrol, diera cuenta a la Policía, que ese mismo miércoles activó su búsqueda. A través de las redes sociales se alertó sobre su desaparición.

O sea: en menos de 24 horas, un docente que se ausenta de su trabajo –una situación harto común– movió a las autoridades de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor a ir a la Policía. ¿Sabían que la ausencia tenía que ver con la denuncia que ese mismo día habían presentado los padres de un alumno ante la Unidad de Violencia de Género y Abuso del Poder Judicial contra el profesor de música? El mismo día que Flores decidió irse de Oro Verde había tenido un altercado con unos padres que le recriminaron por los abusos a un menor.

La fiscal Eugenia Smith, de la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abusos, confirmó a el Once que el miércoles 15 se presentó una denuncia por abuso contra el profesor Flores, y que el viernes fue citado a Tribunales el docente «para que designe abogado defensor, medida procesal que cumplimentó con un defensor oficial». ¿Por qué las autoridades de la escuela no se presentaron ante la Justicia, si como dicen los padres sabían de los hechos de abuso denunciados? ¿Por qué la jerarquía eclesiástica prefirió mirar para otro lado?

En el muro de Facebook de la Parroquia de Oro Verde y en el de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor se borraron los posteos que activaron el pedido de localización del docente, pero no se puso ninguna otra novedad: ni qué pasó con el docente, ni qué fue de las denuncias. Después que se ausentó a medianoche del martes, Flores fue hasta el paraje La Virgen, se zambulló al río, intentó suicidarse, pero desistió: nadó hasta una isla, y desde allá lo trajo un pescador a tierra firme, y el jueves, de noche, se presentó a la Policía. Su caso, el de su repentina desaparición y reaparición, quedó en manos de la fiscal Patricia Yedro.

Puiggari sabía que algo pasaba en Oro Verde. Un excura, que fue a tramitar la dispensa ante la curia, se entrevistó con el arzobispo y se lo planteó directamente. Entonces supo que Nicola había recibido un «llamado de atención»: Puiggari no explicó en detalle el porqué de la sanción ni los pormenores del incidente. Pero después, llamativamente, Nicola fue apartado. Y menos de un mes después, estalla el caso del profesor acusado de abusos en la escuela parroquial que Nicola fundó. Oficialmente, desde la curia sólo dijeron que la Junta de Educación Católica, al mando del sacerdote José Carlos Badano, se había puesto a dilucidar cuál era la situación del profesor Flores, pero nada dijeron respecto de esas pesquisas.

La curia ya había intervenido antes por Nicola. Fue cuando se lo presentó como testigo de la defensa del cura Juan Diego Escobar Gaviria en el juicio por abusos y corrupción de menores que se llevó adelante en agosto pasado en Gualeguay, y que terminó con una condena a 25 años de cárcel. Un llamado de Puiggari hizo desistir a Nicola de acudir a los Tribunales, pero la vuelta atrás también estuvo motivada por la investigación que intentó abrir el fiscal Federico Uriburu, que llevó adelante la acusación contra Escobar Gaviria. Uriburu le pidió a Puiggari el legajo de Nicola. El arzobispo fue hábil: le dijo que no era necesario, que el pedido se había vuelto abstracto por cuanto Nicola no declaró en el juicio.

Ahora, en el caso del profesor de Oro Verde acusado de abusos, la Justicia ya empezó a actuar. ¿Y qué pasó con la Iglesia?

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.