El 7 de octubre quedaría inaugurada la cuarta edición de la Feria del Libro de Paraná y esta vez podría cambiar de sede. Esa, al menos, es la propuesta que lleva la Secretaria de Cultura de Paraná a las editoriales y a los libreros que integran la feria. La mudanza, si hay acuerdo en ese sentido, sería a la Sala Mayo, en el Puerto Nuevo de la ciudad.
La actividad, que fue impulsada desde su origen por la gestión de Blanca Osuna y según números de la última edición alcanzó un nivel de visitantes superior a las 50 mil personas, mantendrá su lugar en la agenda cultural de la ciudad e incluso tomará la misma fecha de 2015, pero podría cambiar su emplazamiento.
Eso es lo que se analiza por estos días en la Secretaria de Cultura de la Municipalidad de Paraná. En ese sentido, la titular del área, Magda Mastaglia, ha visitado a libreros y editoriales para comenzar a organizar la cuarta edición y la semana que viene convocará a una reunión en el Teatro 3 de Febrero, para definir los primeros trazos de la próxima feria.
Para la madre del intendente Sergio Varisco, mudar la actividad a la Sala Mayo, en el Puerto Nuevo, supone una serie de beneficios, en principio económicos: no hace falta instalar carpas, ni tampoco baños químicos. Por la noche los galpones se cierran y los libros no corren peligro. El acceso de automóviles es más sencillo y la fiesta patronal del 7 de octubre no aplazaría el comienzo de la feria, como sí ocurrió el año pasado.
La Feria del Libro que durante tres años consecutivos se desarrolló en Plaza 1° de Mayo resultó una apuesta fuerte de la gestión Osuna -con aporte del ahora extinto Ministerio de Cultura y Comunicación de Pedro Báez-, al menos en lo que hace a la inversión económica para asegurarse figuras relevante –no siempre escritores- en cada una de las jornadas.
Sin ir más lejos, en la tercera edición de la feria, para tocar en el cierre, Los Guasones se llevaron 254 mil pesos. Antes, Alejandro Dolina había cobrado algo más de 92 mil para presentarse, en el marco de la actividad, pero en el teatro 3 de Febrero y un canon similar había cobrado el talentosísimo músico y escritor Luis Pescetti. En tanto que Alejandro Apo se llevó casi la mitad $45.655.
La visita de artistas y algunos escritores, como el caso de Hernán Brienza, el ex funcionario Ricardo Forster o una teleconferencia del historiador Norberto Galaso, tuvo en las ediciones realizadas por la gestión Osuna un claro corte kirchnerista. Más allá de ese denominador común en las tres ediciones realizadas, la actividad logró instalarse como un mojón importante entre las propuestas culturales de la ciudad, aunque sin darle mayor importancia al eje de la convocatoria: a nadie le importó mucho el protagonismo del libro. En ese sentido, la feria nunca se propuso ampliar su abanico de alternativas en nuevos sellos editoriales y propuestas creativas.
La cuarta edición, en principio, abandonaría el lugar del éxito seguro. Plaza 1° de Mayo garantizaba una gran afluencia de público. En cuanto al resto de los aspectos descriptos, aún no se conoce el criterio que adoptará la secretaria de Cultura, Magda Mastaglia.
En principio, según anticipó en diálogo con Entre Ríos Ahora, “le vamos a dar preponderancia a lo nuestro” y frente a la posibilidad de contratación de artistas, al estilo de ediciones anteriores, la funcionaria fue categórica: “No podemos seguir tirando la plata”, dijo Magda.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.