El 8 de diciembre de 2015, Douglas Tompkins falleció de hipotermia mientras realizaba, junto a un grupo de kayakistas, una travesía de cinco días por el lago binacional General Carrera (del lado argentino se llama Buenos Aires), una travesía de más de 80 kilómetros. En medio del trayecto, a Thompkins y el grupo de los otros cinco los sorprendieron fuertes vientos , con olas de 80 centímetos de altura que lograron tumbar los kayaks. Thompkins intentó nadar desde el centro del lago hasta la orilla, pero fue imposible. Aunque uno del grupo logró utilizar su teléfono satelital y pedir el auxilio de un helicóptero, el magnate murió en un hospital chileno.
Lo que siguió, cómo no, fue la disputa por la fenomenal herencia que dejó Thompkins. El magnate apartó a sus dos hijas del testamento, y como administradora universal, dejó a su segunda esposa Kristine McDivitt.
Lo que hizo Tompkins fue tomar sus bienes y crear con ellos un trust , para luego en su testamento volver a dejar todos sus otros posibles bienes en este trust, siendo lo relevante que la administración del mismo lo deja a su viuda, fijando una co-administradora, Debra Ryker.
A través de estas figuras jurídicas, su viuda queda como ama y señora de los bienes que componen la herencia. De hecho, el testamento señala que desheredaba a todos los que no aparecían mencionados en él. Thompkins había declarado que no tenía intención de dejar ni un solo peso o dólar a sus hijas.
Pero de las dos hijas del magnate, una inició una batalla legal en Chile, según informó el diario Perfil en su última edición del domingo.
Summer y Quincey son las dos únicas hijas de Douglas Tompkins y las tuvo en su primer matrimonio, que duró desde 1964 hasta 1987. El creador de las marcas North Face y Esprit se unió a Kristine McDivitt, su ahora viuda, al poco tiempo de separarse, y con ella comenzaron el proyecto de conservación de tierras en Argentina y en Chile, situación que en un momento generó controversias porque había desconfianza sobre cuán verdadero era su sentir filantrópico. Una de sus hijas, Quincey, sigue sus pasos y tiene una fundación ecologista. Ella no se sumó al reclamo judicial que inició su hermana Summer, de 50 años. El perfil de esta última dista bastante del que profesaba su padre. Summer forma parte de la elite de la costa oeste de Estados Unidos. Su boda con Brooks Walter III tuvo incluso extensa cobertura de la revista People, y Summer es de las “socialites” que ilustran páginas sociales en medios de Los Angeles y San Francisco, donde vive. En su testamento, Douglas Tompkins dejó afuera a sus hijas.
Según el abogado Florencio Bernales –del estudio chileno Cariola Diez Pérez-Cotapos, que representa a Summer Tompkins– la hija de Thompkins pide la nulidad del testamento firmado por su padre en 2012 al enterarse de que las tierras privadas de él comenzaron a ser puestas a la venta por sus “albaceas legales”, tanto en la Argentina como en Chile, algo que para ella plantea muchos interrogantes sobre lo que pasará finalmente con las áreas de conservación que estaban en proceso de traspaso.
—¿Qué tierras privadas de Tompkins comenzaron a venderse en Argentina?
—Por versiones de prensa, entendemos que son estancias en Entre Ríos y una en Corrientes: un total de 17.200 hectáreas, de alrededor de 50 millones de dólares. Y en Chile un estadounidense llamado Charlie Clark ya habría pagado US$ 9 millones por 700 hectáreas. Kristine es la que ha estado gestionando directamente estas ventas.
La estancia santaelenense
Como reveló Entre Ríos Ahora en febrero último, tras la muerte del empresario, su viuda familia puso en venta la Estancia Laguna Blanca, campo de 3.000 hectáreas, ubicada en la confluencia de los ríos Feliciano y Paraná, en el departamento la Paz, en zona de la ciudad de Santa Elena.
La decisión se conoció luego de que autoridades a cargo del emprendimiento despidieran cerca de 12 trabajadores. En la notificación entregada a los trabajadores, se informó que la desafectación es “por razones de reestructuración interna ante la potencial venta del establecimiento”. La nota cuenta con dos firmas: la de la escribana pública Gimena Romina René y otra sin la aclaración correspondiente.
Entre Ríos Ahora pudo determinar que la rúbrica sería de Eduardo Chorén, quien administra la estancia. A esa conclusión se llegó luego de comparar la firma con la que el empresario estampó en un proyecto agroindustrial presentado al municipio de Santa Elena el 15 de mayo de 2013.
The North Face y Esprit, fueron las dos marcas que convirtieron a Douglas Tompkins en multimillonario. Ambas firmas del rubro de la ropa deportiva fueron vendidas por el empresario en los 80. Con los millones obtenidos de la venta de ambas compañías, el norteamericano comenzó su conversión al ecologismo. Compró tierras en Chile y Argentina. En nuestro país se quedó con la reserva natural Iberá, un área de más de 500.000 hectáreas. Debajo de esas tierras se encuentra el Acuífero Guaraní, considerado una de las reservas de agua dulce más grandes del mundo. El proyecto de conservación impulsado en esa región fue fuertemente cuestionado por ambientalistas y comunidades que denunciaron que el empresario, en realidad, venía para apropiarse de esa reserva natural.
Como en otros lugares del país donde los Tompkins tienen o tuvieron grandes extensiones de tierras, en Laguna Blanca impulsaron la producción orgánica, es decir, sin usar químicos.
Douglas Tompkins adquirió el extenso campo a orillas del río Paraná alrededor de abril de 2007. Se las compró al empresario Ricardo Winitzky, también conocido como “El peruano”. En la fértil tierra el empresario cosechó trigo, lino marrón, dorado, avena, triticale, sorgo colorado y blanco y porotos de todo tipo. Entre los frutos plantados se destacaron la nuez pecan, almendros, higos, ciruelos, entre otros. En tanto, en la granja contaban con colmenas de producción de miel y gallineros.
El proyecto generó polémica porque se incluían terrenos que lindan con el frigorífico y el barrio “Chaco” donde viven alrededor de 16 familias. Finalmente, la iniciativa naufragó.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.