Son las dos de la tarde. Pero podrían ser las siete de la mañana, las 4 de la madrugada, mediodía, la hora del crepúsculo. A cualquier hora, en cualquier sitio de la ciudad se ve a los sin techo guarecidos donde pueden. Paraná no ha conseguido idear un espacio ni un mecanismo de contención. Ni los refugios ni las casas de acogida logran contener a la gente que vive en la calle. La mayoría, por las noches, acude a los pasillos del Hospital San Martín. El resto, deambula por escaparates, plazas, puertas de iglesias o de escuelas. Como en las escalinatas de la Escuela Domingo Sarmiento, sobre calle La Paz, un viernes a la siesta.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.