La fisonomía de la ciudad cambia vertiginosamente. Donde había casas suceden terrenos baldíos y después torres y entonces las cuadras se levantan desde el piso hacia el cielo. La ciudad se amplía, crece, abarca zonas que antes eran monte chato. A vece las transformaciones son esperables, consecuencia de la acelerada urbanización. En otras veces, los cambios llaman la atención por lo insólito: los fenomenales bloques de cemento puestos por el gobierno de la ciudad sobre calle Etchevehere, para dividir los dos carriles, han sido corridos. Uno, subido a la acera. ¿Cómo fue posible esa mudanza?
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.