Están casi todas destruidas. Ese es el estado de las rampas para discapacitados en las distintas esquinas de la ciudad.
Fueron construidas en 1987, en ocasión de la visita del Papa Juan Pablo II -algunas todavía conservan las placas que entonces se colocaron-, y después hubo planes parciales de remodelacción.
Ahora, la Municipalidad de Paraná anuncia un plan intensivo de reparación.