La intervención de dos líneas telefónicas y la red social Facebook fueron clave para identificar a los involucrados en el robo de armas del Depósito de Efectos Secuestrados de los Tribunales de Paraná. Así lo manifestó este miércoles el subjefe de la División Robos y Hurtos de la Policía de Entre Ríos, Carlos Gabriel Schmunk, quien fue uno de los nueve testigos propuestos por la Fiscalía –desistió de uno- que declararon  en el juicio que enfrenta al experito balístico del Poder Judicial, Antonio Daniel Vitale.

El funcionario policial contó ante el Tribunal que intervino en la investigación convocado por el fiscal Ignacio Aramberry, quien lo puso en conocimiento de un informe elaborado por Héctor Martínez, entonces jefe de la Comisaría Cuarta y quien reveló el viernes pasado que un “datero” –informante- le dio la primera pista sobre la venta de armas judicializadas.

Con esa información, relató Schmunk, se contactó con otra fuente de apellido Serrano, quien le manifestó que conocía a un muchacho que se jactaba de sacar armas de Tribunales. La fuente le indicó que se llamaban Maxi. Con ese dato, consideró que lo que tenía entre manos el jefe de la Comisaria Cuarta era “una línea investigativa seria”.

Refirió que su informante le dio un número de teléfono de la persona a quien llamaban “Edu” y que así pidió intervenir la línea telefónica. Con la escucha se identificó a Eduardo Borgogno, y se comprobó que vivía en calle Coronel Díaz 555 y que conducía un Fiat 147 color blanco.

Desde esa línea, contó, cómo fue que llegaron hasta Mauro Maximiliano Bertoni, entonces empleado del Departamento Médico Forense de Tribunales. “Logramos identificar quién era porque en una de las escuchas, donde se había pactado entrega de armas, Bertoni le indica a Brogogno que tenía el cumpleaños de su hija. Lo podemos determinar porque entrando a Facebook vemos que era el cumpleaños de la hija. Ahí cerramos que era Bertoni porque coincidía la escucha con lo que publicaba en Facebook”, detalló el funcionario policial y agregó que el teléfono de Bertoni también fue intervenido.

Según el jefe policial, también corroboraron otra escucha con una publicación de Facebook. Fue cuando Borgogno le dijo a Bertoni que no tenía el dinero para pagarle un arma, y así acuerdan poner en venta –a través de la red social- una moto para conseguir el dinero que Bertoni debía rendirle a su superior al que se refería como “El Viejo”, y que presumiblemente era Vitale. Para el funcionario policial “quedó claro que Bertoni dependía de otra persona que le daba las armas” y agregó que “siempre mencionaba a El Viejo, nunca dio un nombre o apellido”.

Schmunk también detalló que algunos de los compradores de armas judicializadas estaban relacionados a homicidios y aprietes; y que operaban en “barrios conflictivos” de Paraná. “Era una época de muchas balaceras y homicidios y no se entendía de dónde provenían tantas armas y municiones”, aseguró al dar cuenta de cómo se notaba la presencia de más armas en las calles.

Al igual que el comisario Martínez, el subjefe de Robos y Hurtos también admitió que tenía temor a filtraciones sobre el devenir de la investigación: “Me trajo problemas con superiores míos no brindar las novedades respecto de lo que iba surgiendo en la investigación. Pero no quería filtraciones”, expresó.

Casi al finalizar su larga declaración, en la que respondió preguntas de la fiscalía y la defensa, Schmunk sostuvo que siempre tuvo la sospecha de que Vitale estaba involucrado pero que no tenía ninguna prueba para solicitar un allanamiento. Su corazonada fue confirmada el día que detuvieron a Bertoni y que éste, en un acto de desesperación, soltó: “Acá está metido el viejo Vitale”.

 

 

Gonzalo Núñez

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.