El cardenal Estanislao Esteban Karlic deberá prestar declaración en el juicio al cura Justo José Ilarraz por los abusos en el Seminario en forma personal, y no por escrito, como hizo en 2014.

La decisión la adoptó este jueves el tribunal que juzga a Ilarraz integrado por los camaristas Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel.

El arzobispo emérito y cardenal está citado para el día 4 de mayo. En cambio, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, y el obispo de Concepción, Tucumán, José María Rossi, lo harán por escrito, el día 9. Y fue relevado de ese compromiso el arzobispo emérito Mario Maulión, por problemas de salud.

Karlic había pedido no declarar en el juicio que se sustancia en los Tribunales de Paraná al cura Ilarraz, quien fuera su pupilo y a quien ordenara sacerdote en 1984, y al año siguiente, 1985, designara prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.

Ilarraz ocupó esa función hasta 1993, cuando fue autorizado por Karlic a mudarse a Roma. En el ínterin, en 1995, el cardenal ordenó investigarlo a partir de las denuncias de cuatro seminaristas que relataron los abusos a los que los había sometido el cura. Y en 1996 le aplicó la sanción del destierro, aunque no lo denunció en la Justicia por los abusos que compró una investigación que llevó adelante el cura Silvio Fariña. En vez de eso, ordenó guardar todo lo actuado en el archivo secreto de la curia.

En el actual proceso a Ilarraz, Karlic entiende que la declaración por escrito que presentó en la Justicia en 2014 –el Código Procesal Penal le otorga la prerrogativa de no ir a declarar en forma personal- es suficiente, que no tiene nada más para aportar, y peticionó al tribunal, que integran los camaristas Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, que lo releve de esa obligación. Argumentó  que su avanzada edad –tiene 92 años- y los achaques de su salud le impiden ocupar el tiempo necesario para redactar las respuestas a las preguntas que le formulen desde Tribunales.

Ante el pedido del querellante Marcos Rodríguez Allende, se designó una comisión para constatar el estado de salud del cardenal en el Seminario. Pero la sorpresa fue que cuando los delegados enviados por la Justicia llegaron, se encontraron con la novedad de que el cardenal no estaba en Paraná, sino en Buenos Aires. Aunque un escrito que ingresó el abogado Marciano Martínez, que representa al cardenal, argumentó que en realidad no estaba en Buenos Aires, sino en su médico, y que la constatación de ese hecho correrá por cuenta del doctor Miguel Nesa. Como fuere, el tribunal decidió que se enviará a médicos forenses a certificar si verdaderamente Karlic no puede declarar por escrito, como argumenta.

Finalmente la pericia pudo cumplirse, Karlic fue evaluado por los peritos, quienes determinaron que está en condiciones de declarar, y que deberá hacerlo en forma personal ante el tribunal.

 

El testimonio de Karlic resulta clave para determinar la responsabilidades en los abusos que se le  reprochan a Ilarraz y que habrían ocurrido en el Seminario.

El 5 de julio de 1995 Karlic ordenó investigar a Ilarraz, con la recomendación que debía llevarse adelante “con el mayor sigilo”, y que “una vez terminada y resuelto cómo actuar, según prescribe le canon 1.718 (del Código de Derecho Canónico, NdelR), se guarda en el archivo secreto de la curia”.

La tarea concluyó el 18 de diciembre de 1996, cuando Karlic dispuso “prohibir” a Ilarraz “venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná así como mantener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas mientras el Tribunal del Vicariato de Roma sustencie el proceso y decida en el juicio que se le sigue a raíz de esta conducta”.

“Notificar al interesado (Ilarraz) de esta resolución e informarle que la desobediencia de la misma será sancionada con pena que no excluye la suspensión”, resolvió Karlic.

Pero hay otro dato relevante. La propia declaración de Karlic, por escrito, en la instrucción de la causa Ilarraz, en 2014.

Las declaración de Karlic en la Justicia fue hecha por escrito en diciembre de 2014.

Karlic respondió a preguntas de los querellantes, el fiscal y los defensores de Ilarraz.

“¿Por qué no se denunciaron antes los abusos, y recién se conocieron públicamente en 2012 habiéndolos investigado la Iglesia en 1995?”, le preguntaron. Karlic contestó que los hechos “fueron callados por los menores.

Cuando los comunicaron, manifestaron vergüenza. Se respetó la voluntad de ellos y se les manifestó que dieran noticia a sus padres. Se consideró que era fundamental respetar el interés de ellos”.

También contestó que sólo recordaba “haberme encontrado con él (Ilarraz) en Roma, mientras él vivía allí.

Después de su regreso a la Argentina (y habiendo sido sancionado por el propio Karlic, NdelR), el cardenal dijo que “no podría precisar (pero se reunió) posiblemente en Buenos Aires”.

El dato relevante de su testimonio está en la respuesta a la pregunta 26. Dijo Karlic: “No recuerdo en detalle. En principio, los negaba absolutamente (a los abusos). Más tarde, admitió su responsabilidad y pidió perdón”.

“El padre Ilarraz manifestó ante mí su reconocimiento de los hechos, y pidió perdón”, admitió.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.