El cura Pedro Amadeo Barzán es uno de los 24 sacerdotes citados a prestar declaración como testigos en el juicio al cura Justo José Ilarraz por los abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.

El proceso se lleva adelante en los tribunales de Paraná: arrancó el 16 de abril y concluirá el 11 de mayo próximo, con la lectura de los alegatos ante los camaristas Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel.

Barzán es oriundo de Villaguay, pero está radicado en Italia desde 2008. La curia no movió mucho para hallarlo y pedirle que viaje a declarar, o al menos que habilite una cámara en su computadora personal y dé su testimonio vía Skype. Sólo aportó una dirección de correo electrónico a la Justicia.

El trabajo de rastreo lo hizo la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico. El fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull, que lleva la acusación contra Ilarraz por los abusos en el Seminario, pudo contactarlo. Pero ocurrió lo insólito: Barzán puso como condición para declarar hacerlo por escrito.

Le dijeron que el Código Procesal Penal lo impide. Que esa prerrogativa sólo cabe para los obispos -Juan Alberto Puiggari, Estanislao Karlic- pero no para él. Hubo una segunda comunicación con Barzán. Insistieron desde la Justicia para que se allane a declarar on line. Pero el sacerdote no volvió a comunicarse. En la Fiscalía están analizando ahora qué caminos seguir, porque se trata de un testimonio clave.

Barzán -nacido en Villaguay en 1970, ordenado sacerdote por Karlic en 1994- fue “bedel” en tiempos de Ilarraz y el primero que supo oficialmente de los abusos. No bien lo supo de boca de dos víctimas, Hernán Rausch y DC, se lo comunicó al rector del Seminario, Juan Alberto Puiggari, y éste, a Karlic.

Actualmente, está incardinado en la diócesis de Sabina-Poggio Mirteto. Y ejerce como párroco en la parroquia Santa María Magdalena.

Los datos respecto de cómo ubicar a Barzán (su teléfono) ya fueron entregados al fiscal de la causa Ilarraz, Juan Francisco Ramírez Montrull, por parte de un integrante de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico.

Barzán ya testimonió en la etapa de instrucción. Fue el 31 de octubre de 2012, ante el fiscal Ramírez Montrull.

Desde 2008 está a préstamo en la diócesis de Sabina-Poggio Mirteto (Italia). y en 2012, cuando aceptó declarar estaba de visita en Villaguay.
Contactado por el fiscal de la causa, Juan Francisco Ramírez Montrull, Barzán aceptó testimoniar en Tribunales en el marco de la causa que investiga los abusos de menores cometidos por el cura Ilarraz.

Barzán fue, mientras Ilarraz era prefecto de disciplina del Seminario Menor, responsable de los seminaristas, como estudiante avanzado que era. Allí, se los conocía como bedeles. Fue bedel desde 1990 a 1992. Dos años después, en 1994, se ordenó como sacerdote.

En 1995, cuando el arzobispo del momento, el hoy cardenal Estanislao Esteban Karlic ordenó realizar una investigación diocesana a partir de las denuncias hechas contra Ilarraz, Barzán declaró como testigo, y le preguntaron sobre una víctima: que si era creíble, que si era “normal afectivamente”.

Barzán dio un dato, que era “de su grupo de allegados”, en referencia a Ilarraz. Le preguntaron entonces si era “normal” ese grupo de allegados, la cercanía de seminaristas y formador, o si “llamaban la atención en algo”, le inquirireron. “Era un grupo bastante cerrado -contestó entonces Barzán-, muchas veces difícil de manejar a sus integrantes para mí, que era su bedel. Además, amparados por el mismo padre Ilarraz, gozaban de ciertos privilegios que no eran extensivos al resto de los muchachos. Esto hacía que fueran marcados por el resto, muy puntualmente, sus integrantes”.

En su primera declaración fue “reticente”, según la calificación de una fuente judicial. Dijo que en una oportunidad una víctima le refirió algunos hechos, que no pudo precisar, y que él le recomendó que hablara con su superior, el actual arzobispo, entonces rector del Seminario, Juan Alberto Puiggari.

 

 

 

de la Redacción de Entre Ríos Ahora.