El sacerdote Mario Gervasoni, secretario privado del arzobispo Juan Alberto Puiggari, está a un paso de ir a juicio, acusado del delito de falso testimonio.
Así lo adelantó a Entre Ríos Ahora el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull.
El expediente con la causa Gervasoni quedó en reserva en el Ministerio Público Fiscal al aguardo que concluya el juicio al cura Justo José Ilarraz por los abusos en el Seminario. Concluido ese proceso, el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull hará la elevación de la causa para su remisión a juicio oral.
Por esa causa abierta por falso testimonio tras haber testificado en la etapa de instrucción de la causa Ilarraz, Gervasoni fue relevado de la obligación de declarar en el juicio. Lo decisión el tribunal conformado por los camaristas Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel a pedido de los defensores del cura, Guillermo Vartorelli y Miguel Cullen.
Gervasoni declaró en 2015 y entonces el fiscal Ramírez Montrull entendió que no había contado todo lo que sabía.
El miércoles 18 de noviembre de 2015, Gervasoni estuvo en Tribunales por esa investigación en su contra, pero se abstuvo de prestar declaración.
El falso testimonio es un delito menor, que se reprime con penas que van de un mes a cuatro años de prisión.
La investigación en torno a Gervasoni ocurrió luego de que se presentara como testigo a brindar su testimonio en el marco de la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, el 8 de abril de 2015. El cura acudió a Tribunales para aportar su testimonio, y entonces, según varias fuentes de la causa, tuvo más silencios que palabras.
Desde Tribunales comenzó a afianzarse una conclusión tras el paso del cura Gervasoni: “Sabe más de lo que dice”. En realidad, el ahora secretario privado del arzobispo de Paraná ya había tenido un primer contacto con la causa Ilarraz en 1995, cuando el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic ordenó una investigación diocesana, al tomar nota de las primeras acusaciones por los abusos.
Gervasoni formó parte de los sacerdotes y seminaristas que debieron declarar ante el instructor de justicia de la curia, el sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, en 1995.
Gervasoni dijo que jamás conoció a las víctimas, que nunca ningún sacerdote le comentó nada de Ilarraz, y lo recordó como a un cura que acompañaba a los seminaristas en el estudio y en el deporte.
En Tribunales, Gervasoni dijo: que supo que se hicieron actuaciones diocesanas. “Si mal no recuerdo las fechas, se comenzaron en el año 1995, creo. Es lo que sé. Lo sé porque en el año 1995 se me pide a mí un testimonio de si había visto alguna conducta inusual o algo raro que haya visto en ese tiempo, a lo cual yo respondo que no, que no percibí nada inusual o fuera de lo común.Me pidió que declarara en esa época el padre Puiggari y la declaración la hice en el Seminario, porque yo en esa época todavía estaba allí”.
“La declaración la hice por escrito y se lo di al padre Puiggari. Se nos nos pidió que seamos reservados. Por mi manera de ser, nunca lo comenté porque no me parecía que correspondiera comentarlo”, contó.
Los debates del juicio oral al cura Justo José Ilarraz por los abusos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, que se desarrollaron entre el lunes 16 de abril y el jueves 10 de mayo, contaron con el testimonio de varios miembros del clero de Paraná y de tres obispos, que testificaron por escrito.
Sólo el emérito Mario Maulión -con graves problemas de salud- fue relevado de la obligación de testificar en el juicio, al que había sido citado. Pero sí lo hicieron el cardenal Estanislao Karlic, que fue quien ordenó cura a Ilarraz, y en 1985 lo designó prefecto de disciplina en el Seminario, donde ocurrieron los abusos que denunciaron siete víctimas en la Justicia.
También declaró el actual arzobispo Juan Alberto Puiggari, que fue rector del Seminario y conoció de cerca de Ilarraz. El tercer obispo que declaró es el diocesano de Concepción, Tucumán, último superior del sacerdote imputado penalmente, José María Rossi.
Luego de ser investigado por Karlic, en 1995, y concluido un proceso sumarísimo, en 1996 le aplicaron la sanción del destierro. Entonces buscó cobijo en la provincia norteña: en 2004, el arzobispo emérito Mario Maulión le otorgó la excardinación, y allá quedó, hasta que fue suspendido en 2012.
Al juicio fueron citados también 4 exsacerdotes -José Dumoulin, Gustavo Mendoza, José Carlos Wendler y Luis Bianchi, y 24 sacerdotes, aunque no todos se presentaron. Jugaron a las escondidas y no cumplieron con la obligación de testificar: Pedro Barzán, que vive en Italia y pretendió declarar por escrito a pesar de que le ofrecieron hacerlo on line; Alfonso Dittler, que un año atrás se tomó un tiempo sabático para cuidar a su madre y se habría mudado a Uruguay; y el canadiense Charle André Gauthier, de la Casa Padre Lamy.
Otro de los citados y que no testificó es Mario Gervasoni, aunque en su caso autorizado por el tribunal, a la espera de que se avance con su causa por falso testimonio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.