La Justicia condenó este lunes a 25 años de prisión de cumplimiento efectivo al cura Justo José Ilarraz al hallarlo responsable de cinco casos de corrupción de menores agravada y dos casos de abuso deshonesto, hecho que ocurrieron en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo durante los años en los que el cura ejerció como prefecto de disciplina, entre 1985 y 1993.
El tribunal, conformado por Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, le impuso además al cura la prisión preventiva, bajo la modalidad de arresto domiciliario, hasta que la sentencia quede firme. El fallo supone un duro golpe a los rodeos que que hizo la Iglesia Católica durante los seis años que duró el proceso -la causa se abrió en la primavera de 2012- que, hasta aquí, no ha hecho un enfático pedido de perdón a las víctimas, y tampoco ha reconocido su culpabilidad en el encubrimiento de los abusos de Ilarraz.
De momento, se desconoce si el tribunal receptó favorablemente el reproche que formularon los fiscales Álvaro Piérola y Juan Francisco Ramírez Montrull, durante los alegatos del 10 de mayo, cuando señalaron que Ilarraz gozó de impunidad durante casi tres décadas por el silenciamiento de las autoridades eclesiásticas, que no denunciaron los abusos. Los fundamentos del fallo condenatorio a Ilarraz se darán a conocer el próximo 1° de junio, a las 8.
En tanto, el cura ya empezó a cumplir desde ayer el arresto domiciliario. «Cúmplase la medida en el domicilio denunciado en autos,. sito Corrientes 328, 6° A, de esta ciudad de Paraná, vivienda de la que no podrá salir sin orden judicial, bajo apercibimiento de revocarse este beneficio en caso de incumplimiento . A los fines de efectivizar la presente, deberá designar el condenado la persona que efectuará la custodia. Asimismo, ofíciese al Servicio Penitenciario provincial a los fines de proveer los medios técnicos suficientes, tobillera o pulsera electrónica,. para el control de la medida, quedando el condenado alojado en la Alcaldía de Tribuales hasta que se dé cumplimiento a los recaudos presentes», dice la resolución judicial.
Ilarraz comenzó a usar desde ayer una tobillera electrónica, que es controlada por el Servicio Penitenciario de Entre Ríos y que impide que se aleje de su domicilio sin orden judicial previa.
La «celda» peculiar que ahora aloja a Ilarraz -y donde se mantendrá hasta que la condena a 25 años de cárcel adquiera firmeza- se ubica justo frente a una escuela. Se trata de la Escuela Secundaria N° 48 Domingo Faustino Sarmiento. La condena es por corrupción de menores y abuso deshonesto, en ambos casos, agravados por haber sido «encargado de la educación» de los menores a los que abusó. Ilarraz abusó de los estudiantes que cursaban la secundaria como pupilos en le internado denominado Seminario Menor. Todos, los siete que llevaron su caso a la Justicia, nunca tuvieron el amparo de ningún responsable eclesiástico que los acompañara en denunciar esos delitos en la Justicia.
En 1995, la Iglesia investigó los abusos, y en 1996 condenó a Ilarraz al destierro. Después, cerró el caso y archivó las actuaciones en el archivo secreto de la curia. De los abusos no se volvió a saber hasta que en 2012 la Justicia abrió una investigación de oficio, que concluyó en la condena de este lunes 21.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.