La arquitecta Mariana Melhem, delegada por Entre Ríos ante la Comisión Nacional de Museos y de Sitios Históricos, realizó un primer informe técnico de las restauraciones necesarias que se deben realizar en el Teatro 3 de Febrero.
La Municipalidad de Paraná, a través de la Dirección de Diseño Urbano, y el Gobierno de Entre Ríos, con la participación del asesor cultural Roberto Romani, se sumaron a la tarea, y de ese modo acompañaron al arquitecto Marcelo Bagadán, máster en restauración en monumentos, durante la recorrido que se realizó por el edificio del Teatro para cerciorarse de qué es preciso realizar con más premura.
Fue el puntapié inicial para comenzar las tareas, que estarán a cargo de la Comisión Nacional de Museos y Sitios Históricos.
El Teatro será sometido a tareas de reparación.
Un informe hecho por el gobierno de la ciudad recorre la historia del edificio, y de ese predio, adonde antes hubo un primer teatro.
Hubo un primer teatro, sobre el cual se construyó el actual edificio del Teatro 3 de Febrero. En esa época, las ordenanzas establecían que los espectáculos debían tener la aprobación del Presidente de la Municipalidad y no se permitía aprobar o desaprobar a los actores en el transcurso de la función. Los palcos estaban reservados a quienes habían colaborado con fondos para la construcción del edificio.
El 9 de diciembre de 1851 se comenzó la edificación del primer Teatro que tuvo la ciudad, luego de que el general Justo José de Urquiza dispusiera su construcción, un año antes. La dirección de la obra se confió a José Quirse.
Apenas terminada su construcción, tuvo comienzo un período de actividades artísticas que se prolongó por varios años y contó con la intervención de eminencias del arte escénico que llegaban al país. Pasaron por allí importantes compañías dramáticas, artistas líricos y se ofrecieron grandes conciertos. Después llegaron a Paraná núcleos más pequeños, que sin formar compañías completas de un particular género artístico, brindaban espectáculos con números variados, según la especialidad de los componentes.
La inauguración del primer teatro tuvo lugar un domingo 8 de agosto de 1852 y contó con la participación de autoridades y vecinos.
La Voz del Pueblo, periódico paranaense de la época, relató que en la inauguración del teatro hubo una concurrencia de más de novecientos espectadores, que colmó las localidades. En el marco de los festejos, se sucedieron “disparos de bombas y cohetes voladores anunciadores de la iniciación del acto”, que trajeron “las quejas de la vecina doña Antonia Alvarisqueta, cuya vivienda de techo pajizo fue alcanzada por el fuego de uno de esos petardos”, según consigna Ofelia Sors en “Paraná. Dos siglos y cuarto de su evolución urbana (1730-1955)”.
Sors reseña también que otro decreto que fue dictado el 5 de julio de 1887, dispuso “la compra de 200 sillas para los palcos, de lámparas con el nuevo sistema Roschester, como así de las varas de chuse para los pasillos. En enero de 1889, para dotar al teatro de mayor comodidad, se instala una cantina”. Además de ello, y continuando con la ejecución de obras, se destinaron “1500 pesos fuertes para su reparación. Más adelante, el edificio, cuyo deterioro era cada vez mayor, recibe con el concurso del gobierno y de algunos particulares, una completa refacción tanto en el interior como en el exterior”.
Según la historiadora Beatriz Bosch, un grupo de comerciantes en garantía de préstamos realizados para la construcción del edificio del Teatro paranaense, retuvieron en propiedad ciertos palcos.
Un acuerdo de la Municipalidad de Paraná, del 11 de junio de 1877, que suscriben S. Domínguez y P. Scalabrini, abordaba esa cuestión. Entre los poseedores de palcos del teatro figuraban: Antonio Crespo, Francisco Arigós, Ana T. Rams y Joaquín Auli.
El 7 de mayo de 1877 la Corporación Municipal requirió la exhibición de los títulos que acreditaban la pertenencia de ciertas localidades de la sala, pero sólo uno presentó un recibo por $ 200, otorgado por el empresario y constructor del coliseo, José Quirce; en calidad de acción reintegrable tomada para la construcción del teatro. El resto, debió pagar la suma de $ 25 para poder seguir haciendo uso de aquella comodidad durante los espectáculos. Abonada esta suma la localidad proseguiría afectada a esos vecinos hasta tanto la Corporación Municipal pudiera rembolsar a cada uno la cantidad de $ 200.
El 11 de julio de 1887 se sanciona una ordenanza reglamentando los espectáculos de teatro. Así consta en los registros del Museo de Sitio “Santos Domínguez y Benguria”.
Toda la actividad que supo motorizar este primer teatro, fue decayendo. Según indica el historiador Blas Pérez Colman, “los sucesos políticos de 1859, que culminaron con la batalla de Cepeda, y luego la expiración del período constitucional del presidente Urquiza, pusieron término a las actividades teatrales de ese año y los sucesivos. Paraná perdió el doble rango de capital de la nación y de la provincia, ocasionando el éxodo de una parte significativa de su población. Por ello, -durante esta época- sólo llegaron al teatro algunas compañías de acróbatas y prestidigitadores o conjuntos de menor cuantía”. Pasaron 18 años hasta la construcción del próximo teatro en el mismo predio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.