En noviembre de 2015, la entonces intendenta Blanca Osuna dio por concluida la etapa más importante de las obras en el flamante Parque Recreativo Acuático Toma Vieja. Siete meses después, la bajada al río que la exintendenta recorrió junto con Sergio Urribarri está en ruinas. La casilla de ingreso al camping, también está destrozada.
Una de las licitaciones correspondiente a los proyectos de Blanca Osuna sobre el histórico Camping Toma Vieja, luego del frustrado intento de instalar un complejo termal, se concretó con un solo oferente en septiembre de 2014.
José Eduardo Galván, por Galvani Constructora, con un precio de 11.173.090,46 pesos, se adjudicó la obra que contemplaba la refuncionalización del núcleo de piletas existentes, más un proyecto integral para reacondicionar el predio, que contemplaba la puesta en funcionamiento de canchas deportivas, construcción y mejora de sanitarios más vestuarios y una proveeduría. También se incluía mejoras en la zona de camping y la construcción de bungalows. Galvani se comprometía a colocar juegos infantiles y a realizar un camino costero de 5 kilómetros de recorrido para realizar trekking. En el pliego figuraba un sitio de mirador y zona de playa con atracadero de lanchas y sus debidos pontones. También había espacio reservado para un sector de estacionamiento, un sitio para gastronomía y un área cultural.
Al tiempo que la Comuna anunciaba, en septiembre de 2015, que se había adjudicado a Galvani la segunda etapa de la obra en la Toma Vieja, ahora por 4.321.913 pesos para “recuperar y potenciar el área verde”, se especificaba que se encontraba “en ejecución la bajada peatonal al río sobre una de las barrancas, delimitado por un sendero sinuoso entre árboles con tramos lisos y sectores escalonados. El diseño comprende además la ejecución de puentes y miradores”.
“Estas tareas –se espcificaba en la información oficial publicada- se suman al nuevo portal de ingreso sobre calle Blas Parera, a la altura del paso electroducto, obra que ya está finalizada”.
En noviembre de 2015 se dieron por finalizadas las obras. Un tiempo antes la entonces intendenta recorrió el lugar junto a Sergio Urribarri y se adentraron por la bajada nueva admirando el imponente paisaje costero en la barranca precipitada.
Siete meses después de la inauguración, el llamado portal de ingreso sobre calle Blas Parera está destrozado y la flamante bajada al río luce, por tramos, desencajado, quebrado o directamente en ruinas.
Hay escalones de cuatro metros, otros de tres y algunos de 20 centímetros. Hay canaletas y un puente de madera. La bajada tiene más de 200 metros y muchos tramos rajados, rotos u arruinados. Es difícil interpretar que se trata de una obra reciente, parece algo inacabado, pero en realidad está o mal hecha o mal terminada o mal proyectada.
Desde la nueva gestión de la Comuna, mientra terminan de apuntalar la barranca que se había deslizado y dejaba prácticamente en el aire la histórica chimenea de la vieja toma de agua, anuncian que la bajada será reformulada y apuntan a generar un acceso al río que se pueda realizar en vehículo, con parrillas y miradores en el camino.
Lo que nadie parece advertir, por el momento, es que se licitó, realizó e inauguró una obra que siete meses después está destruida. Y no pasa nada.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.