Por Gustavo Blanc (*)
El Gobierno de Entre Ríos no intentó frenar el paro docente de 48 horas a través de alguna medida judicial. El motivo por el cual no lo hizo no es que le faltaran ganas: pasa que no encontró la forma de hacerlo sin pagar costos políticos.
Recordemos que en los últimos años, cuando se dieron paros docentes a principios de año, el sindicato se encontraba discutiendo salario en paritaria y el Gobierno acudió en distintos años a la Justicia a pedir la conciliación obligatoria. No puede hacer lo mismo a mediados de año porque justamente la paritaria no está abierta, si estuviese abierta los docentes ya hubiésemos tenido oferta salarial.
En 2015 bajo el Gobierno de Urribarri, a mitad de año, el gobierno presentó una medida cautelar para frenar el paro docente. Cabe preguntarse por qué Bordet no hizo lo mismo este año y la respuesta es clara: porque a la cautelar de 2015, Agmer le respondió acertada e inteligentemente tanto en el plano jurídico como en el político.
Todo dirigente de Agmer sabe que a la cautelar de 2015 no se la podía desobedecer, al menos si actuamos dentro del sistema jurídico constitucional en el que actúan todos los sindicatos argentinos, pero sí se podían hacer dos cosas: apelarla y resistir políticamente.
El camino judicial de la apelación se realizó y terminó con un fallo judicial de segunda instancia que planteó que la medida cautelar fue desacertada y que el Gobierno no puede acudir de esta manera a la Justicia para frenar el derecho constitucional a huelga de los trabajadores. Una victoria judicial que demoró unos meses en llegar y que tiene más efecto para los años venideros que para aquel 2015.
Pero el acierto de Agmer, más que jurídico, fue político: ante el freno judicial de los paros de julio de 2015, hubo movilizaciones muy contundentes en todos los departamentos de la Provincia, se explicó claramente a la comunidad cómo el Gobierno provincial estaba violentando el derecho a huelga y Urribarri tuvo que pagar costos políticos por su autoritarismo al tratar de frenar los paros judicialmente. Queda claro que Bordet tomó nota de esto.
A esto se le sumó que Agmer definió una modalidad de paro que no podía ser afectado por cautelares, paros anunciados horas antes de que se concreten.
Estas tres acciones, la judicial, las movilizaciones, los paros sorpresivos, fueron impulsados desde el sector interno Integración por un Agmer de Todos con acompañamiento de otras agrupaciones (las mismas que acompañaron en la recuperación del Consejo General de Educación). No fueron fáciles de tomar puesto que había seccionales enroladas en la Agrupación Rojo y Negro que planteaban la desobediencia judicial ante la medida cautelar.
No fueron fáciles pero hoy el tiempo demuestra que fueron muy acertadas y efectivas puesto que hoy queda demostrado que preservaron el derecho a huelga de los embates patronales. Como reflexión final: todos pasamos por momentos de mucho enojo ante la medida cautelar de 2015, pero era obligación de la conducción provincial y las conducciones departamentales responder no sólo desde el enojo sino también con una mirada estratégica, teniendo en cuenta no sólo la coyuntura del momento sino también la preservación de la lucha hacia futuro y así se hizo y fue efectivo.
(*) Secretario general de la seccional Uruguay de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).