El rango inferior en la escala jerárquica del Poder Judicial es el de escribiente: allí se inicia la carrera judicial.

En esa categoría está Matías Villalba: es escribiente titular en la Unidad Fiscal de Concepción del Uruguay, y protagonista de una situación que el propio Poder Judicial ha calificado como “insólita”.

Villalba fue sancionado por su jefe inmediato, el fiscal coordinador de Concepción del Uruguay, Fernando Lombardi.  Ante “averiguaciones sobre su ubicación espacial –verbigracia, no estaba en su lugar de trabajo-, fue sancionado por Lombardi.

Pero el escribiente consideró que el fiscal coordinador no tiene facultades para sancionarlo, aún cuando es su superior inmediato. La resolución N° 095, del 4 de este mes, firmada por el Procurador General de la Provincia, Jorge Amílcar García, tilda de “insólita” la nota de descargo de Villalba.

El escribiente entendió que el fiscal coordinador se había excedido en sus funciones al sancionarlo,  pues “su cargo depende del Fiscal en lo Contencioso”. Entonces, reclamó que “se le aplique  las sanciones de ley” y pidió además “las disculpas del caso” de parte de Lombardi, su jefe.

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“Es indudable que el empleado, al presentar la nota como la reseñada, no solo revela un desconocimiento supino de la naturaleza jerárquica del Ministerio Público Fiscal, desde su estructura institucional”, dice García en su resolución. En su entender, la Procuración  abandonó “aquel viejo sistema virreinal de gradaciones y compartimentos estancos propios de la judicatura, entrecruzamiento de información y gestión, dentro de los principios de unidad jerárquica, objetividad y sobre todo prioridad en los criterios político-judiciales de actuación en orden a la gravedad de los asuntos a investigar o dictaminar”.

“Obvio correlato de esta estructura –agrega- es que los empleados pertenecen a la Unidad Fiscal de cada localidad y no a un determinado sector o magistrado, con permanente flexibilidad en criterios consecuencialistas y estratégicos”.

Y concluye: “La pretensión de Villalba de que pertenece a la órbita del fiscal contencioso administrativo –cargo vacante-, y sólo a él debe obediencia, suena, además de errónea raya en lo absurdo, pero sobre todo implica un quebranto grosero al deber de probidad y respeto elemental en todo empleado judicial (…) por lo que se hace necesario imponerle la sanción pertinente”.

Villalba había respondido a la reprimenda de su jefe con un pedido de sanción para Lombardi por “violencia laboral”, que a criterio del Procurador General supone una “falta grave discplinaria”. Y si bien reconoce que esa inconducta merecería una sanción superior, hace jugar a favor del escribiente “la ausencia de antecedentes en el empleado”, y por eso se resolvió aplicar una pena más benévola, “que pueda servir como advertencia futura”, y así resolvió aplicarle 5 días de suspensión sin goce de haberes.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.