El exgobernador Sergio Urribarri reaccionó ante una nota que publió el jueves último la revista «Análisis».
Negó ser un «diputado ausente», contó que siempre acude a cada sesión aunque justificó sus frecuentes viajes a Buenos Aires en la necesidad de cumplir asuntos de su rol dentro de la estructura del Justicialismo y a cuestiones relacionadas con la salud de su mujer, Ana Lía Aguilera.
De ese modo, respondió a lo que publicó «Análisis».
Pero se detuvo también en las dos causas que hay en la Justicia en su contra, una por supuesto enriquecimiento ilícito y otra por negociaciones incompatibles en la administración de los recursos millonarios destinados a la Cumbre del Merccosur que se realizó en Paraná en diciembre de 2014.
“La denuncia que me han hecho me indigna porque se hace a sabiendas de que está todo correctamente justificado y sólo para ponerme una zancadilla política y motorizada por un sector del PRO”, dijo Urribarri al responder sobre esas investigaciones judiciales.
“Pero como hacerla es un derecho de los ciudadanos respecto de las autoridades por supuesto que me estoy defendiendo como corresponde ante la Justicia”, aseguró.
“Cuando obtenga la falta de mérito –se esperanzó Urribarri–, otra será la historia y otra será mi actitud pública pero, en criollo, mientras tanto y aunque me calienta la injusticia, me la tengo que aguantar”.
Pero no sólo quiere cuidar su imagen sino lo que denominó como «lazos de confianza únicos que tengo con la gente común en Entre Ríos, gente con las que compartí emociones, abrazos, lágrimas, personas a las que miré a los ojos. Yo me siento obligado a llevarles la tranquilidad de mi inocencia a todos y a cada uno de ellos, a los que confiaron en mí y que son los mismos que hoy disfrutan de una obra de gobierno de 8 años que no ha tenido comparación en términos de obras, viviendas, rutas, cloacas, agua, gas que el tiempo y las circunstancias ubicarán en su debido lugar en la historia de esta provincia”.
«Cuando obtenga la falta de mérito, otra será la historia y otra será mi actitud pública pero, en criollo, mientras tanto y aunque me calienta la injusticia, me la tengo que aguantar. Pero tengo la más absoluta tranquilidad”, se esperanzó.
Pero el fiscal Santiago Brugo, que lleva adelante la tarea de investigar las dos causas que involucran a Urribarri, está convencido de que hay elementos para comprometer no sólo al exGobernador, sino a parte de su familia, a varios funcionarios y a un lote de empresarios que siempre estuvo rondando la obra pública.
El jueves por la mañana, Brugo recibió a Entre Ríos Ahora y contó, muy a su modo, detalles de la investigación, aunque lo hizo con mucha cautela.
La entrevista fue en las oficinas de la procuración.
El edificio que ocupan los fiscales de la Justicia provincial en la Procuración fue un apart hotel. Está ubicado sobre calle Santa Fe, al costado del edificio de Tribunales, y en lo alto todavía mantiene en sus techos el cartel que indica su antiguo oficio: Apart Hotel Tribunales.

Donde antes hubo un recepcionista para entregar las llaves de las habitaciones, ahora hay dos empleadas y una agente de policía. Las oficinas de los fiscales son estrechas, y los pasillos de los tres pisos, ídem. El fiscal Santiago Brugo ocupa una de esas oficinas que comparte con un joven abogado, y allí apenas si hay lugar para dos sillas más.

Brugo y la fiscal Patricia Yedro investigan dos causas emblemáticas sobre la corrupción en Entre Ríos. Una, la denuncia por enriquecimiento ilícito contra el exgobernador Sergio Urribarri y su familia y no son los Ingalls. Está involucrado su hijo, el ministro de Gobierno, Mauro Urribarri, y su cuñado, el secretario de la Cámara de Senadores, Juan Pablo Aguilera, y en medio, un entramado de sociedades familiares que, en algunos casos, adquierieron a prestanombres ligados al emblema de la corrupción K, el exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime.

Urribarri declaró como propia la empresa Kriptax Inc. S. conformada por Mauro Gabriel y Sergio Damián Urribarri, y dedicada al negocio de la soja. Pero además los Urribarri tienen la firma Agro Premium Sociedad Anónima, donde aparecen como socios sus hermanos, Jorge Guillermo Ramón Urribarri, Armando Arturo Urribarri y su hijo mayor Sergio Damián Urribarri. La empresa, dedicada al negocio avícola, tiene la misma sede que Kriptax: Junín 658, piso 6, departamento B, en Capital Federal. Allí funciona además la empresa Ancorar S.A., integrada por otro de los hijos del exgobernador, Franco Daniel Urribarri y su esposa, Ana Lía Aguilera y que se dedica a la producción de espectáculos.

La investigación judicial del enriquecimiento avanza lento, pero avanza, dice el fiscal Brugo. Lo dice con cautela –rehúye cuanto puede a la prensa–, mientras señala cajas, armarios, una habitación repletos de documentación que ha ido colectando. Ha enviado oficios a distintas reparticiones públicas de la provincia, ha contactado a organismos de control de aquí y de Buenos Aires, ha recurrido a los servicios de la Inspección General de Justicia (IGJ), ha pedido asesoramiento a colegas de los Juzgados Federales porteños en los que trabajó en los veinte años que se ausentó de Paraná.

Brugo se ha desempeñado mucho en la Justicia porteña. Entre otros, trabajó junto al fiscal Alberto Nisman, y en el juzgado de Claudio Bonadío, el mismo que investiga a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

“Es la causa más compleja. Y por eso avanzamos de a poco. Queremos poner en manos del juez toda la documentación y no dejar ningún espacio abierto como para que nos puedan cuestionar por algo que no investigamos bien”, dice el fiscal.

Pero además de compleja, dirá, el procedimiento en algunos casos ha sido “muy burdo”, y por eso entiende que los hechos son fáciles de comprobar. «Es todo muy burdo», repite.
¿Y qué dice Urribarri, el principal, más no el único, investigado?

“Mi principal tranquilidad es que todo lo actuado por mí o por mi familia en materia económica está en las declaraciones juradas que religiosamente y ajustada a todas las normas he presentado anualmente en la CGP y en la AFIP”, dijo en respuesta a la publicación de «Análisis».
En la Justicia no están tan convencidos de eso.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.