Luego de la asunción de Mauricio Macri en la presidencia, en 2015, y el regreso de políticas económicas que parecían haber quedado en los libros de historia, las organizaciones sociales volvieron a tomar protagonismo en la política argentina.
En las grandes marchas contra el ajuste del Gobierno nacional ya no sólo se ven a los sindicatos combativos y aquello que despertaron de un largo letargo durante la gestión kirchnerista, sino también a Los Cayetanos, un grupo de organizaciones populares, muchas de ellas nacidas durante la crisis de 2001.
El 7 de agosto de 2016, día de San Cayetano, patrono del pan y del trabajo, fue la primera gran movida de las organizaciones sociales en la era Macri. Más de 100.000 trabajadores nucleados en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa se movilizaron desde el Santuario de San Cayetano en Liniers, Buenos Aires, a Plaza de Mayo, para reclamar por un salario universal complementario y la declaración de la Emergencia Social.
Este año fue la tercera movilización. Pero no la única, ya que las organizaciones populares también tienen una fuerte presencia en las marchas de estatales y docentes, y otros gremios nucleados en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) o la Confederación General del Trabajo (CGT).
Los Cayetanos, como se los bendijo por marchar el día de patrono del pan y el trabajo, están reunidos en un triunvirato –símil al de la CGT- desde el cual diagraman la estrategia política conjunta. El triunviro está compuesto por Barrios de Pie, la Confederación de la Economía Popular (CTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
El pasado 24 de septiembre, estas organizaciones engrosaron la marcha que realizaron los estatales en el marco del paro nacional contra el ajuste de Nación y los gobiernos provinciales dóciles. En la capital entrerriana, en la movilización a la Casa de Gobierno, tuvieron una fuerte presencia.
Pero no se quedaron allí. Además de sus reclamos, llevaron proyectos a la Legislatura y sus propuestas a funcionarios del gobernador Gustavo Bordet, como el secretario General de la Gobernación, Edgardo Kueider, a quien le plantearon crear una mesa interministerial para redirigir políticas hacia las organizaciones.
Julián Jarupkin, integrantes de Barios de Pie de Entre Ríos, contó que la organización surgió en 2001, desde la CTA de los barrios y como la pata política del partido Libres del Sur. Pero en la Provincia, con centro en Paraná, la organización está hace un año.
En ese período, la organización fue creciendo en integrantes y se expandió territorialmente. Por ejemplo, ya abrieron 13 merenderos en la capital entrerriana, y ya tienen presencia en otras ciudades.
“En 2001 se empieza a pensar junto a estudiantes, trabajadores y gente que realmente estaba poniéndole el pecho a esa etapa para poder salir de esa crisis, se piensa una asamblea muy grande donde se elige el nombre de Barrios de Pie, por la importancia del trabajo barrial, mancomunado y comunitario”, recuerda Jarupkin en una entrevista en el programa Puro Cuento, que se emite por Radio Costa Paraná 88.1.
Enseguida, explica que “a partir de ahí se empieza tomar una escalada en lo que es la organización en diferentes proyectos. Ahora a no sólo se piensa a los merenderos como la solución en sí, como se pensaba en 2001, sino como espacios que profundicen el crecimiento y el proyecto de vida de todos los que integran la organización. Empezar a pensar talleres, clases de apoyo, capacitación, con apoyo escolar desde los merenderos y comedores”.
En ese marco, analiza que esos proyectos en los barrios “nos permitió tomar una valoración de lo social que no existía en 2001”. “Hoy le decimos a los diferentes gobiernos, advirtiéndoles que si las organización sociales no tienen un espaldarazo mediante los organismos a los que les compete, estamos cerca de un estallido social”, advierte.
En esa dirección, plantea que el sostenimiento de la organización depende del contacto permanente, sobre todo en un período en el que existe una “crisis autoinfligida” –por el Gobierno nacional-.
“Barrios de Pie es esto: lo mancomunado del día a día, del estar buscando una solución para poder llevar el plato comida a la mesa, y para poder rebuscársela y crear empleo donde no hay y, a la vez, poder expresar y visibilizar el sector. Por es eso vamos a las marchas, reclamamos y también presentamos proyectos. Proyectos de emergencia alimentaria, de urbanización de barrios populares, de integración urbana, de lucha contra las droga-dependencias”, resume Jarupkin.
Y plantea que las organizaciones necesitan que “haya un blindaje” hacia el sector por parte de los Gobierno nacionales, provinciales y municipales, “porque los primeros que sienten la falta de plata en el bolsillo son los sectores más humildes y ahí empieza la escalada de violencia social”.
Mauro Rossi, es dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), organizaciones que a nivel nacional tiene como referente a Juan Grabois, de quien se dice que tiene un fuerte vínculo con el Papa Francisco.
Rossi señala que la CTEP nace con el impulso de Emilio Pérsico, en 2003, a instancias de la convocatoria del entonces presidente Néstor Kirchner “para poder hacer algún tipo de acuerdo en función de las necesidades del pueblo”.
Además, cuenta que en la provincia la CTEP está hace 3 años, y tiene presencia en Paraná, Rosario del Tala, con el sindicato de ladrilleros; en La Paz con cooperativas de trabajo; y en Gualeguay y Victoria con cooperativas de pescadores.
En su caso, cuenta, llegó a la organización desde el Movimiento Evita, y su tarea fuerte fue en el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), desde donde tomó dimensión del crecimiento de la pobreza.
Por ejemplo, señala que desde el Renabap notaron que el crecimiento de la pobreza se verificaba en el crecimiento de los barrios populares. “En el barrio Los Arenales, en 2016, había una población nueva de 120 familias; seis meses después, en 2017, había 270 familias nuevas. Hay un crecimiento enorme. Con el Renabap pudimos hacer la certificación de viviendas donde los habitantes del territorio pueden ir hasta Enersa y pedirle la luz”, asevera.
En ese sentido, Rossi también remarca que la organización, junto a aliados, presentaron una serie de proyectos para llevar soluciones a los barrios y a los más vulnerables. “Nosotros presentamos en marzo de este año una ley de expropiación de territorio en Nación; y en la provincia presentamos la ley de urbanización de barrios populares, que pretendemos que se reconozca el 25% de la planificación para barrios populares, y que se reconozca a los compañeros que estamos cooperativizados par a poder laburar. Eso también hemos hablado con la Uocra”, cuenta.
En cuanto al panorama político, Rossi dice que las organizaciones de diferentes extracciones se unieron con mayor facilidad que en otros tiempos, ya que el enemigo en común es el Gobierno nacional y sus políticas económicas.
“Cuando todos tenemos el mismo enemigo es más fácil aunar las fuerzas. No le costó tanto al Gobierno nacional, porque automáticamente nos vimos desplazados desde la educación, la falta de reconocimiento de las paritarias hacia los docentes. Desde ahí empezamos a decir que en cualquier momento nos vuelve a tocar a nosotros”, resalta.
En esa dirección, afirma que la CTEP surge como organización piquetera, pero que a lo largo de los años fueron creciendo políticamente. “La propuesta –de CTEPT- siempre es piquetera, nacimos desde ese lugar en 2003, también hemos ganado en educación del pueblo en el crecimiento político. Sobre todo la herramienta que encontramos es la confraternización de estas cuestiones”, completa.
En cuanto a la relación con el gobierno provincial, Rossi sostiene que existe un “diálogo constante” y una muestra de ello son las conversaciones que entablaron para que se cree la mesa interministerial para direccionar políticas hacia las organizaciones sociales.
“Existe un dialogo constante pero, asimismo, los recursos que hay a nivel general nacional están pensados en función de asistir pero no para una política exclusiva para el sector, que es lo que más reclamamos: que exista una política para la economía popular”, finaliza.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.