Las demoras son de dos horas promedio. Y las demoras son de dos horas promedio porque las frecuencias van desapareciendo a pesar de que la demanda es más baja, aún cuando la merma de pasajeros es notoria.

Eso ocurre con el servicio interurbano de pasajeros entre Paraná y Santa Fe, que prestan las empresas Fluviales y Etacer: las frecuencias son caóticas y con demoras escandalosas, a pesar de las gestiones que han iniciado los estudiantes, los principales perjudicados.

“Estamos muy cansados con todo esto”, dice Guillermo Ferrero, presidente de la Federación Universitaria del Litoral, que ha encabezado gestiones a todos los niveles en procura de conseguir una mejora en la prestación del servicio que nunca llega.

El reclamo no es de ahora. Durante todo 2017 desde la comunidad universitaria han realizado gestiones a todos los niveles, desde la Defensoría del Pueblo de Paraná hasta el Ministerio de Transporte de la Nación. “Pero las respuestas no llegan. Las demoras son de dos horas, y con un agravante. Al comienzo del año, la razón era la gran cantidad de estudiantes que viajaban. Pero a esta altura del ciclo lectivo, se ha producido una deserción importante de alumnos, y las demoras siguen igual, no mejora nada. No me quiero imaginar lo que va a pasar cuando comience otra vez el año en la Universidad en 2019”, sostiene Ferrero, en declaraciones al programa Puro Cuento que se emite por Radio Costa Paraná 88.1.

El tema ha sido puesto en conocimiento del consejo directivo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) para abrir el camino judicial. “Ya pusimos en conocimiento a la Facultad para que a través de la clínica jurídica se pueda encuadrar el tema judicialmente”, explica el presidente de la Federación Universitaria del Litoral.

“Hemos recurrido a todas las vías. Incluso hasta la Comisión Nacional de la Regulación del Transporte. Hemos llegado a lo más alto y no hemos conseguido ninguna respuesta. Vemos los horarios que publican las empresas en Internet, y nos damos cuenta que hay frecuencias que no se cumplen.  Encima, cerraron en Paraná la oficina de la Comisión de Regulación del Transporte así que no hay nadie que controle, ni a quién reclamar. Vamos a tener que judicializar este tema porque no encontramos respuesta por ninguna parte del Estado”, sostiene.

El dirigente estudiantil analiza un fenómeno grave que ocurre en la UNL: una fuerte deserción, y dice que en eso tiene mucho que ver los serios problemas con el servicio de colectivos. Este año, en la UNL se registró una deserción de 1.000 estudiantes, sobre una población de 8.000 universitarios que a diario cruza el Túnel para estudiar en Santa Fe. “Es muchísimo.  Nos preocupa muchísimo esa situación. Sabemos que no es solamente la cuestión del transporte. Pero es la gran generadora de esta deserción. Encima, en lo que va del año el precio del boleto ya aumentó un 100%”, acotó.

La situación conflictiva ya fue puesta en conocimiento de la Defensoría del Pueblo . Fue en el marco de una reunión que mantuvieron los estudiantes  con el Defensor del Pueblo Adjunto Pablo Donadío.  En ese encuentro, remarcaron la necesidad de contar con los controles a cargo del Estado nacional, mediante la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). Al respecto, el Defensor Pablo Donadío recordó que la oficina que funcionaba en la terminal de ómnibus de Paraná fue cerrada este año y la jurisdicción pasó a depender de la filial de Santa Fe, que a su vez se volvió una subsede de la delegación de Rosario. Igualmente, el Defensor informó que, de acuerdo a los datos obtenidos por la institución, se habría designado una persona para que permanezca atendiendo la demanda de los usuarios en la terminal de Paraná durante horas de la mañana y las primeras de la tarde.

Para los estudiantes, las largas colas que se forman en las terminales de ambas ciudades capitales son la consecuencia de la merma del servicio, situación que recrudece en los horarios, considerados pico, como a las 7, 9, 15 y 19. Para graficar el alto flujo de usuarios, indicaron que sólo la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales tiene en su matrícula 900 estudiantes con domicilio en Paraná. El número –aclararon- no incluye a otra porción importante del estudiantado proveniente del interior de la provincia de Entre Ríos. El planteo abarca también a quienes viajan desde Santa Fe a cursar sus estudios en facultades de Paraná.

Por su parte, el Defensor Donadío recordó que se ha propuesto desde la institución, en reiterada ocasiones, la instrumentación de señalización que permita ordenar el ascenso al colectivo de acuerdo al recorrido y destino, tal como tienen terminales de otras ciudades del país. La puja por subir, las largas colas y la falta de información provocan usualmente entrecruce y situaciones tensas entre los usuarios, narraron.

Otro tema solicitado es el descuento a estudiantes, beneficio que quedó sin efecto a partir de la instrumentación de la tarjeta Sube, en 2015. En la oportunidad, y con el sistema anterior, el pasaje costaba 8 pesos y 7 para estudiantes. Por entonces, recordaron, entró a regir el boleto general para todos y se había anunciado que quedaba pendiente la aplicación del descuento, cuestión que persiste hasta ahora. Actualmente, el costo general del boleto es de 23 pesos, de terminal a terminal, y consideraron que se trata de una erogación muy pesada para los alumnos que deben abonar dos o más viajes por día.

En consecuencia, y mencionando el derecho constitucional de aprender, los estudiantes solicitaron se atienda el pedido de la aplicación del descuento del 20%, como así también se restablezcan las inspecciones en forma permanente de la CNRT en Paraná y se respeten los horarios por parte de las empresas.