No puede oficiar misas en público. Y desde hace un año está sin destino: no le han asignado ninguna parroquia. No vive en ninguna casa parroquia. Está alojado en casa de un familiar. También ha perdido el contrato con el Estado: fue, hasta finales de 2017, capellán en el Hospital Fidanza, de Colonia Ensayo, con empleo formal en el Ministerio de Salud.
Pero ese cargo lo perdió desde el mismo momento en que fue reemplazado como párroco de la parroquia Jesucristo Maestro y Señor de la Humanidad y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya de Oro Verde. Allí ahora está en esa función el sacerdote Hernán Arismendi, que además asumió como capellán del Hospital Fidanza. Además, y a pesar del insólito salvoconducto que le extendió el vicario general de la diócesis, Eduardo Tanger, está siendo investigado según las normas canónicas de la Iglesia.
«Lo único que podemos decir es que por el momento no puede tener el ejercicio del ministerio sacerdotal en forma pública», contó una fuente eclesiástica consultada por Entre Ríos Ahora.
-¿Cuál es el motivo?
-Es porque hay una causa que se debe resolver. Esa causa está en Roma: el obispo (Juan Alberto Puiggari) no puede decidir nada respecto del padre Nicola. Ahora es Roma quien debe decidir. El porqué de esta situación no la sé. Es una cuestión preventiva, mientras se desarrolla el proceso canónico. Esa situación no tiene plazos.
-Pero el vicario general de la diócesis le había firmado un documento en el que afirmó que no tenía ninguna causa canónica ni ninguna investigación en su contra.
-Eso fue un error. No sé por qué se hizo eso.
Nicola estuvo envuelto en pequeños escándalos a lo largo de 2017, y fue protagonista de una serie de notas periodísticas en la revista «Análisis» sobre supuestos casos de abusos a menores.
De acuerdo a lo que publicó la revista “Análisis”, “Puiggari conoce de las denuncias en contra de Nicola desde hace –al menos- cinco años. De hecho, el arzobispo ya sabe que no fueron dos los que denunciaron al cura Nicola sino tres. El tercer caso en realidad fue el primero al cual tuvo acceso la máxima autoridad de la curia entrerriana. El hecho sucedió en Luján –provincia de Buenos Aires- allá por 2012, cuando el propio Doumolín le hizo llegar a Puiggari la existencia de una víctima de Nicola que había decidido escribirle una carta al arzobispo donde señalaba que había sido abusado por el actual párroco de Oro Verde”.
Nicola protagonizó un pequeño sainete en Oro Verde antes de ser reemplazado. Se fue de modo intempestivo de la parroquia de Oro Verde el 25 de octubre de 2017 por un cuadro de estrés, según se encargó de explicar, pero volvió antes de que cante el gallo: el miércoles 29 de noviembre apareció, aparentemente recuperado de su cuadro de salud, y exultante. El cura Daniel Rodríguez, que había sido vicario -un escalón por debajo de párroco- y fue promovido a administrador parroquial durante la ausencia de Nicola puso el grito en el cielo con ese regreso sorpresivo. La indignación de Rodríguez fue tal que hasta manejó la posibilidad de renunciar al sacerdocio, y marcharse de vuelta a su ciudad, La Paz.
En medio de la ausencia de Nicola, sucedió el escándalo con el profesor de música de la escuela parroquial de Oro Verde. Gabriel Flores, oriundo de Misiones, fue denunciado en la Justicia por un caso de abuso. En un confuso episodio, Flores despareció una noche, se fugó de Oro Verde, apareció en el Paraje La Virgen, de allá volvió, se entregó en la Policía y después declaró en la Justicia. Al final, fue condenado, en juicio abreviado. Fue condenado a tres años de pena condicional por el delito de abuso sexual simple agravado por ser encargado de la educación de la víctima
El asunto derivó en el apartamiento de la directora de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor, Daniela Cabrol.
Antes Nicola ya había estado bajo la lupa. El fiscal Federico Uriburu, de la Unidad Fiscal de Nogoyá, que llevó adelante la instrucción de la causa del cura Juan Diego Escobar Gaviria, pidió a Puiggari el legajo del sacerdote cuando éste fue citado por la defensa en el juicio que se desarrolló en Gualeguay. Pero el arzobispo sacó un as de la galera: impidió que Nicola declarase en el juicio, y al responder la petición del fiscal, expresó que el mismo se había tornado “abstracto”, y dejó a buen resguardo los antecedentes del párroco de Oro Verde.
Respecto de los supuestos casos de abuso, Nicola los desmintió en forma pública y después acudió ante la curia para conseguir una especie de salvoconducto que lo dejara a salvo de las sospechas.
“El que suscribe, Monseñor Eduardo Tanger, Vicario General del Arzobispado de Paraná, CERTIFICA que en dicho Arzobispado no existe ningún expediente sobre abuso de menores referido al Pbro. Alfredo Luis Marcelo Nicola (D.N.I. 23.341.742).
“Se extiende la presente certificación en la ciudad de Paraná, a los 11 días del mes de diciembre de dos mil diecisiete.”
En febrero de 2018, el cura Hernán Arismendi tomó formalmente posesión de la parroquia de Oro Verde y de la capellanía en el Hospital Fidanza.
De Nicola, la curia no ha vuelto a hablar. Hoy es un paria: no puede ejercer el sacerdocio y no tiene permitido oficiar misas en público.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.