El ensanche de ese tramo de calle Corrientes –entre Rosario del Tala y La Paz- produjo sentimientos encontrados entre los vecinos. No todos estuvieron de acuerdo. Como fuere, la obra ya está concluida, y los paranaenses hacen lo de siempre: ocupan el sector ampliado para estacionar sus vehículos, algo prohibido. Ahora la vereda es más amplia, hay arbolado que crece no sin dificultad, y en ese gran paredón que se abre al final del ensanche, en la desembocadura de calle Rosario del Tala, ahora se pinta un gran mural. Una imagen amable que da cuenta de las cosas buenas que puede mostrar la ciudad.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.