El papa Bergoglio ha dicho, por enésima vez, que tiene tolerancia cero con los abusos dentro de la Iglesia Católica. Pero las pruebas y los datos lo desmienten.

Francisco dijo que «la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la Justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes”. Y ha prometido que no se volverán a encubrir o subestimar casos. Y ha expresado su gratitud a los medios de comunicación “que han tratado de desenmascarar a estos lobos y de dar voz a las víctimas”. También ha insistido en que “la Iglesia pide que no se guarde silencio y que salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad”.

“Me gustaría agradecer sinceramente a los trabajadores de los medios que han sido honestos y objetivos y que han tratado de desenmascarar a estos lobos y de dar voz a las víctimas. Incluso si se tratase solo de un caso de abuso ―que ya es una monstruosidad por sí mismo― la Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad”, ha dicho.

El discurso del Papa a la curia en Navidad es lo más parecido a un balance de fin de año en el mundo civil. En él, Francisco se suele mostrar crítico y rotundo. Este año el tema de los abusos cometidos por el clero ha copado gran parte de su intervención ante los cardenales, obispos y altos jerarcas católicos.

El abogado Carlos Lombardi, asesor de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, lo desmiente y no le cree.

«La Iglesia Católica es incumplidora serial de convenciones sobre Derechos Humanos. No presentó el último informe de avance al comité de los derechos del niño, que venció el 01/09/2017. No presentó el informe periódico al comité contra la tortura que venció el 23/05/2018», señala.

Lombardi elaboró un completísimo informe que es la contracara de lo que dice Bergoglio.

Ese informe dice que Francisco designó en la Curia vaticana «a cardenales que participaron del cónclave que lo eligieron como papa, integrantes de la denominada ´docena sucia´ por haber sido acusados de encubrir sacerdotes pederastas. Ellos son: Leonardo Sandri (Argentina), miembro de la secretaría para la Comunicación del Vaticano; George Pell (Australia), Prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede; Marc Ouellet (Canadá), Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina; Seán O’Malley (EE.UU.), Consejero en el C8 y Presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores; Peter Turkson (Ghana), Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; Oscar Rodríguez Madariaga (Honduras), Consejero del C9».

Pero además, el Vaticano «no ha cumplido con las nueve exhortaciones que el Comité de los Derechos del Niño (ONU), le hizo a la Santa Sede en 2014 para extirpar el flagelo de los abusos sexuales, que está enquistado en su estructura y organización». Además, «no ha cumplido con el conjunto de medidas sugeridas por el Comité que controla la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, Inhumanos o degradantes, para evitar la comisión de abusos sexuales».

Ni ha presentado al Comité de los Derechos del Niño el último informe relativo al cumplimiento – dentro de la iglesia – de la Convención respectiva, que venció el 1° septiembre de 2017 y que la Santa Sede tiene la obligación de presentar por haberla suscripto».

El informe hace un recorrido de todas las acciones de encubrimiento de parte de la Iglesia de Roma de los casos de abusos por parte del clero en distintos puntos del planeta, y se detiene en lo ocurrido en Argentina.

«En Argentina, no ha expulsado aún al cura Julio Cesar Grassi, no obstante estar condenado por delitos de abuso sexual y corrupción de menores a 15 años de prisión efectiva. El procedimiento canónico se retomó luego que la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmara la prisión del sacerdote», dice el informe. Y agrega: «Avala las líneas-guía de la Conferencia Episcopal Argentina donde se niega sistemáticamente a las víctimas garantías del debido proceso, violando derechos humanos básicos y revictimizándolas ya que continúa el abuso de poder y la denegación de justicia».

Y apunta: «Nunca recibió a víctimas de abuso integrantes de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina. Los intentos de reunión que hizo fue en secreto, evitando seleccionar personas que fueran a hacer reclamos concretos. Las que ha recibido – de otros países – han sido cuidadosamente digitadas para evitar dichos reclamos, manipulándolas, revictimizándolas».

Respecto de los escandalosos casos de abuso ocurridos en el Instituto Próvolo de Mendoza dice el informe que Bergoglio «avaló el accionar delictivo de las autoridades del Instituto Próvolo de Italia respecto a los sacerdotes detenidos en Mendoza, no llevando cabo ningún procedimiento para sancionarlas. Mantiene en el cargo de Vicedirector del Instituto a Giovanni Granuzzo, sacerdote pederasta denunciado por víctimas italianas».

También el documento reprocha que el papa Francisco no ha iniciado procedimiento canónico para determinar responsabilidades «por omisión y negligencia» contra los obispos argentinos responsables de sacerdotes acusados por abusos:

a) Héctor Aguer, sacerdotes Héctor Ricardo Giménez, Nicola Corradi y Horacio Corbacho (La Plata).
b) José María Arancedo, sacerdote Félix Alejandro José Martínez (Mar del Plata), y Luis Brizzio (Santa Fe).
c) Antonio Marino, sacerdote Félix Alejandro José Martínez (Mar del Plata).
d) Ricardo Faifer, sacerdote Domingo Jesús Pacheco (Corrientes).
e) José María Arancibia y Sergio Buenanueva, sacerdotes Jorge Luis Morello y Raúl del Castillo (Mendoza).
f) Carlos María Franzini (fallecido) y Dante Braida, sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho (Mendoza).
g) Juan Alberto Puíggari, sacerdotes Justo José Ilarraz, Marcelino Moya, Juan Diego Escobar Gavíria y religiosa Bibiana Fleitas (Entre Ríos),
h) Estanislao Karlic, sacerdote Justo José Ilarraz (Entre Ríos).
i) Mario Maulión, sacerdote Justo José Ilarraz (Entre Ríos).
j) Oscar Ojea y Mario Poli, sacerdote Mario Koessler (San Isidro, Buenos Aires).
k) Mario Cargnello, sacerdotes Emilio Raimundo Lama y Agustín Rosa Torino (Salta).
l) Luis Urbanc, sacerdotes Juan de Dios Gutiérrez y Renato Rasjido (Catamarca).
m) Adolfo Uriona, sacerdote Carlos Alberto Dorado (Santiago del Estero).
n) José Masín y Rubén Martínez, sacerdote Néstor Monzón (Chaco).
o) Guillermo Rodríguez Melgarejo y Sergio Buenanueva, sacerdote Carlos José (San Martín, Buenos Aires).
p) Miguel Ángel D´Annibale, sacerdote Cristian Abel Vázquez (Río Grande, Tierra del Fuego).
q) Hugo Santiago, sacerdote Tulio Mattiussi (San Pedro, Buenos Aires).r) Alfredo Dus, sacerdotes Luxorio Ruiz Bilbao (fallecido) y Juan José Crippa (Chaco)
s) Fernando Maletti y Oscar Miñarro, por el laico que trabaja en el taller de Cáritas (Merlo, Pcia. de Bs. As.).

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.