El ahogo financiero se ha convertido en un tema de agenda a la par de la demanda por una recomposición salarial para los dirigentes que conforman la conducción provincial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).
La situación es de tal gravedad que ya se analiza vender bienes muebles e inmuebles para sostener el principal gasto que hoy enfrenta el gremio: el pago de salarios a su personal. La mayor inversión se destina al pago de sueldos a los trabajadores que están destinados al jardín Maternal Acunate, ubicado sobre calle San Juan, en Paraná.
De los $1,3 millones que ingresan por mes al sindicato, $1 millón se destina al pago de salarios del personal que cumplen roles administrativos en las distintas dependencias de ATE. De ese monto, el 70% es para cubrir los salarios de los 15 trabajadores de Acunate, que no tienen regimen jurídico de empelados del Estado, sino que fueron contratados como empleados privados, y están afiliados a la Unión del Personal de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc).
En 1995, cuando Mario Moine estaba al frente del Poder Ejecutivo provincial y Edgardo Masarotti era secretario general de ATE, se firmó el convenio marco que permitió el surgimiento del jardín Acunate: el Estado entrerriano asumió el costo del pago de salarios, cargas sociales y mantenimiento de la sede. La pérdida de la casa que ocupaba Anusate en calle Santa Fe y su apropiación por parte del Poder Judicial obligó al gremio a salir a alquilar una nueva sede.
El estado de situación se agudizó debido a los «atrasos» en que ha venido incurriendo el Poder Ejecutivo en saldar el subsidio mensual, unos $800 mil, que permitiría pagar los sueldos sin sobresaltos. «Lo mejor sería, en este marco de crisis y de alta inflación, es que nos paguen el subsidio cada dos meses. Pero el acuerdo es cada 6 meses, y en la práctica lo cobramos una vez por año», dice Oscar Muntes, titular de ATE.
Muntes es crítica del modo como se acordó el pago de ese subsidio y el funcionamiento mismo de Acunate, en 1995. «No podes poner la estructura sindical de toda la provincia nada más que para el funcionamiento de un jardín maternal que tiene 80 chicos. Los trabajadores del Acunate tienen regimen de empleo privado, así que cada chico nos cuesta $10 mil. Pero no podemos pedirle a los padres, trabajadores del Estado, que paguen esa suma por su hijo, porque estamos hablando de sueldos de $17 mil. Es una locura ese costo que tenemos. La atención que se brinda es de lo mejor, eso no se puede poner en dudas. El problema es cómo lo mantenemos. Esto nació mal desde el vamos», sostiene Muntes.
El acuerdo que firmaron en 1995 Moine y Massarotti fue por 1o años y se ha venido prorrogando. Ahora, ATE quiere rediscutir la firma de un nuevo convenio, pero los tiempos se dilatan y el acuerdo no aparece. «Con este esquema que tenemos hoy estamos hipotecando el futuro del sindicato. Con este esquema, nos quedan nada más que 300 mil para funcionar como sindicato cada mes. Es inviable», sostiene.
Hoy, ATE cuenta con un universo de afiliados de 17.680 trabajadores del Estado, mucho menos de cuando supo tener una mutual de ayuda económica, absorbida por Sidecreer en 2001.
Ahora, el estado de situación financiero del sindicato ha cambiado. El gremio reprochó que el Gobierno subordine la continuidad de la ayuda económica a Acunate a la negociación salarial que todavía no se ha cerrado.
«No es el primer gobierno que intenta subordinar a la ATE atacando sus políticas o acciones y quizás no sea el último, es por esa razón que al mismo tiempo que queremos que tome estado publico la crítica situación que atraviesa el jardín, que demandamos se detengan estas maniobras extorsivas y dilatorias en el cumplimiento de las obligaciones del Estado provincial», dijeron desde el gremio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.