La celebración del Día del Trabajador en la Iglesia Catedral de Paraná contó, este 1° de mayo, con un toque peculiar: no estuvo el arzobispo Juan Alberto Puiggari -en visita ad limina en el Vaticano- y por esa razón su lugar fue ocupado por los dos sacerdotes que cumplen el rol de asesores de la Pastoral Social, Osiris Daniel Ponce, de Santa Lucía, y Ricardo López, de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el límite entre La Floresta y el Volcadero.

José María Velázquez, titular de Pastoral Social, exdirigente del Sindicato del Seguro, medió para que los curas, una vez concluida la misa que se realizó este miércoles en la Catedral, se corrieran hasta la Plaza 1° de Mayo, y bendijera la olla popular que había montado la Confederación General del Trabajo (CGT) junto a Camioneros y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Autónoma. La Iglesia de Paraná celebró el Día del Trabajador con un lema: «San José Obrero, bendícenos con un trabajo digno que sea herramienta devoradora del hambre».

Justamente, en la homilía del cura López ante los feligreses que asistieron a la misa en la Catedral, remarcó la necesidad de dar trabajo, apuntar a la justicia social, en contraposición al sostenimiento del asistencialismo. Entre quienes lo escuchaban, estaban el intendente Sergio Varisco y el vicegobernador Adán Bahl.

«Cuando el hombre trabaja, cuando el hombre es capaz de transformar su realidad, para sí mismo y para los demás, nos asemejamos muchísmo a Dios», dijo el cura. «El primer trabajador fue Dios, y nos participó de esa experiencia y de esa forma. ¿Para qué? Para transformar nuestra vida, para nuestro bien y para el bien de los demás», agregó, en una reproducción de Radio Corazón. 

Entonces, apeló a la justicia social. «Por eso -dijo- la Iglesia siempre ha acuñado esta hermosa frase de la justicia social. Justicia social que se ancla en la posibilidad de trabajar. No hay otra manera de hacernos iguales, de darnos posibilidades por igual, de darnos la oportunidad de crecer a todos por igual que el trabajo. La asistencia, la ayuda, la colaboración es una manera, pero no es la solución para que realmente haya una justicia social».

Y agregó: «Justicia social que la Iglesia entiende que se realiza y se obra no solamente en el trabajo sino en el trabajo que es capaz de ser solidario, que cuida el propio trabajo y el trabajo de los demás». En ese marco, reclamó trabajos para los desempleados, por cuanto los expulsados del mercado laboral pierden dignidad.

«Cuando lo asistimos -subrayó el cura López-, cuando le damos solamente a alguien les estamos quitando libertad, una libertad que es necesaria para la creativadad y para la creación. Sin libertad no hay capacidad de ser creativos».

«Y cuando una persona depende, y lamentablemente cada vez dependemos más de los fondos internacionales, dependemos más de los bancos, dependemos más, a veces, de la situación política de turno, entonces es evidente que nuestra dignidad cada vez, no solamente se empobrece sino que en muchos casos, es nula», dijo. Y apuntó: «La dignidad humana, que se hace mediante el trabajo, es la que nos da la capacidad de transformar nuestras vidas, y por eso Dios, a todos, nos brindó esa posibilidad».

Dijo que el asistencialismo, el depender de otro, hace que el hombre pierda dignidad, se humille. Así, instó a «pedir ser cada vez más personas, vivir dignamente, vivir en un país donde se quiere construir no para el hambre y la miseria, no para la indigencia sino para que tengamos una oportunidad de vida mejor».

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.