Dolores Etchevehere, hermana del titular de Agroindusria del gabinete del presidente Mauricio Macri, Luis Miguel Etchevehere, hizo públicas una serie de maniobras fraudulentas perpetradas por miembros de su familia en Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER, la empresa editora de El Diario, que hace un año despidió a más de 50 trabajadores sin pagarles la indemnización de ley. 

Todo empezó con una denuncia por estafa por cuanto sus propios hermanos -Luis Miguel, Juan Diego y Arturo Sebastián, más su madre, Leonor María Magdalena Barbero Marcial- falsificaron su firma en el trámite sucesorio que se abrió tras la muerte del jefe familiar, Luis Etchevehere, ocurrida en 2009.

«Quizás hubo situaciones similares anteriores, pero la primera falsificación de mi firma encontrada por mí fue cuando mi madre y mis hermanos, uno de ellos hoy funcionario de la plana mayor del gobierno macrista, la designaron a ella como administradora de los bienes familiares durante el proceso sucesorio devenido tras la muerte de mi padre. En otros términos, decidieron por mí, todo un modo de borrarme de la familia: falsificación de identidad. Por razones de dignidad personal y social no tendría caso renunciar a mi filiación aún cuando los lazos con mi familia de origen estén definitivamente rotos. El objetivo de estos posteos es no solo recuperar mis derechos sino también que nadie me considere partícipe de maniobras delictivas premeditadas por mis hermanos y mi madre. Contar la verdad en estos posteos que hoy empiezan, es el primer paso, además de las acciones legales, para recuperar mi historia y mis derechos», escribió este domingo en su muro de Facebook Dolores Etchevehere.

La denuncia por estafa la tramita la jueza e Transición N° 2 Susana María Paola Firpo. Está caratulada “Estafa. Denuncia de Dolores Etchevehere”, y fue iniciada en 2011. La pesquisa

En 2011, la firma Las Margaritas SA –conformada por la familia Etchevehere- recibió sendos préstamos, entre julio y agosto de 2011, por u$s 200.000 y u$s 50.000, respectivamente, a tasa subsidiada y, en teoría, destinados a actividades productivas, aunque en el camino fueron desviados para un fin específico: el dinero se distribuyó entre los socios de Las Margaritas SA: Luis Miguel Etchevehere, Juan Diego Etchevehere, Arturo Sebastián Etchevehere y Leonor María Magdalena Barbero Marcial de Etchevehere. El monto distribuido entre los socios fue de $1.066.000.

El préstamo solicitado al Itaú fue en dólares, a una tasa del 8% anual. Pero los socios de Las Margaritas, que fueron los únicos destinatarios de ese auxilio financiero en teoría para fines productivos, devolvieron el dinero a la sociedad con cheques de pago diferido, en pesos y a una tasa de interés mucho más beneficiosa. Así, mientras el dólar se disparaba, y así también el costo financiero del préstamo con Itaú, lo que devolvían los socios era un monto inalterable. El desfase fue tal que Las Margaritas debió pedir otro crédito, esta vez al Banco Nación, también a tasa subsidiada, por un valor de $900.000, para enfrentar la emergencia agropecuaria, pero que en realidad se utilizó para saldar la deuda con el Itaú.

El delito de vaciamiento fue una figura penal que empezó a indagar el exfiscal de la causa, el ahora juez de juicio Alejandro Joel Cánepa.

Hay un informe de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), un organismo que depende de la Procuración General de la Nación, que da cuenta de que, al mismo tiempo que los socios de Las Margaritas SA se repartieron para sí el crédito pedido a tasa subsidiada al Banco Itaú, conformaron una nueva sociedad, Construcciones del Paraná SA.

El periodista Sebastián Premici lo describe así: “Según datos de la AFIP, el contrato social de la empresa Construcciones del Paraná fue suscrito en octubre de 2011. Sin embargo, la empresa, cuyos accionistas son Luis Miguel Etchevehere, sus hermanos y la madre de éstos, no registraba movimientos comerciales al momento de la denuncia efectuada por la Procelac. En una primera comunicación del 27 de julio de 2011, el contador Guillermo Budasoff les manifestó a Leonor Barbero Marcial y Juan Diego Etchevehere que dentro de sus honorarios ya deberían empezar a incluir a la nueva sociedad anónima. Todavía faltaban algunos meses para concretar la autocompra de inmuebles”.

 

Y agrega: “En la asamblea del directorio de la empresa SAER (editora de El Diario de Paraná) realizada el 20 de marzo de 2012, el Grupo Etchevehere, junto al grupo mayoritario NEA Capital Creativo, decidieron la transferencia de los siete inmuebles por 4,5 millones de pesos hacia Construcciones del Paraná. La operación terminó de concretarse en septiembre de aquel año, luego de recibir las ayudas económicas de AMUS (Asociación Mutual Solidaria”.

La Procelac sostuvo que el “vaciamiento económico y patrimonial de SAER” derivó en un “incremento patrimonial injustificado” por parte del Grupo Etchevehere, al “comprar” los inmuebles a través de una empresa en apariencia insolvente al momento de la operación. Pero la liquidación de los inmuebles que estaban patrimonializados en SAER no comenzó en la asamblea de directorio de marzo de 2012 o en septiembre del mismo año, que fue cuando se realizó la autoventa. Sino que desde el inicio de la relación con los accionistas mayoritario del diario, el grupo NEA Capital Creativo SA, el objetivo sería el “vaciamiento”.

Ese vaciamiento, según la tesis del Ministerio Público Fiscal, no sólo supuso que SAER asumiera deudas, sino la venta a precios irrisorios de inmuebles de su propiedad, algunos de valor histórico y patrimonial, como el que ocupa la administración de El Diario, en Urquiza y Buenos Aires. La enajenación fue en beneficio de los propios socios de SAER pero con otra sociedad. Como ninguno de los Etchevehere denunciados por Dolores Etchevehre podía incorporar a su patrimonio cualquiera de esos inmuebles propiedad de SAER, lo que hicieron fue constituir otra firma, Construcciones del Paraná SA, que integra la familia y el titular de Agroindustria de Macri. Pero a través de un sistema de triangulación del que participaban la Asociación Mutual Solidaria (AMUS) y la Mutual 10 de Abril.

El puzzle financiero, según la tesis de los investigadores, habría funcionado así: por cada escritura de venta de inmuebles –Urquiza 1119/23 (subsuelo), Urquiza 1119/23, Urquiza 1119/23 primer piso, Urquiza 1119/23 segundo piso, Camoirano 63, Etchevehere s/n, Urquiza y Buenos Aires- se confeccionó un contrato de mutuo –una parte entrega a la otra un bien para que use en provecho y, en un tiempo determinado, se lo devuelva-, del que habrían participado una mutual que hacía las veces de prestamista.

Así, un inmueble insignia de El Diario, el ubicado en la esquina de Urquiza y Buenos Aires, está en trámite de escrituración ante el Juzgado Civil y Comercial N° 7 a nombre de la Mutual 10 de Abril, operación que se pactó en una cifra ínfima, $2 millones.

Las maniobras escondieron un movimiento circular: el vaciamiento consistía en que por cada escritura de venta de un inmueble se confeccionó un contrato de mutuo, emitido por una mutual que hacía las veces de prestamista, y un cheque a nombre de Construcciones del Paraná SA. Esta sociedad endosaba esos valores a favor de SAER por la escrituración de cada inmueble y luego SAER derivaba los cheques a los prestamistas. De modo que el dinero daba un giro circular, y volvía a su primer dueño, pero las propiedades cambiaban formalmente de dueños, aunque en la práctica quedaban en las manos de los mismos empresarios, con otra sociedad.

Pero a la par que se producían esas transferencias, fueron avanzando distintas causas en el fuero civil contra SAER. Por ejemplo, un juicio de ejecución por deudas impagas por tasas e impuestos a la Municipalidad y a la Provincia, que se entabló a Construcciones del Paraná, que es dueña de varios inmuebles,que SAER le vendió y luego le alquiló. Pero ocurrió un hecho insólito: la demanda no avanzó contra Construcciones del Paraná SA sino contra SAER, que se presentó en el juicio como el deudor efectivo.

Eso es lo que está en la causa.

El 18 de abril, Dolores Etchevehere publicó en Facebook:

«En abril de 2012 el grupo Grenón y el grupo Etchevehere llegan a un acuerdo por el cual el primero retiraría inmuebles de Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER), sociedad a la que pertenece El Diario, por valor de su participación, 66%, y los demandados por mí por el 33 %. Este acuerdo se instrumenta mediante la firma de las actas de directorio pasadas a los libros de SAER y fechadas los días 16 y 20 de marzo de 2012.

En dichas actas se resuelve transmitir todos los inmuebles a las sociedades NEXFIN S.A. y ARROYO UBAJAY S.A. del grupo Grenón y a CONSTRUCCIONES DEL PARANÁ S.A. cuyos únicos accionistas son los imputados y a esa fecha todavía no estaba inscripta en la Dirección de Personas Jurídicas. Se puede consultar en https://www.cuitonline.com/…/construcciones-del-Paraná-s.a.… de donde surge la fecha de inscripción de la sociedad el 3 de agosto de 2012.

Entre el mes de agosto y septiembre de 2012 se discute entre ambos grupos accionistas la forma en que se concretaría la transferencia de los inmuebles. El principal problema era la falta de capacidad económica de CONSTRUCCIONES DEL PARANÁ S.A. para abonar los precios por los inmuebles que se le adjudicarían.

Finalmente, para salvar este obstáculo, se recurre a AMUS, entidad mutual que ya venía financiando necesidades de El Diario, quien adelanta cheques para pagar los precios pactados; estos cheques son endosados por CONSTRUCCIONES DEL PARANÁ S.A. a favor de SAER cancelando los precios; SAER se los entrega en forma personal a los imputados como pago de adelantos recibidos; estos los aportan a CONSTRUCCIONES DEL PARANÁ S.A. quien los entrega nuevamente a AMUS en pago de los créditos para abonar los precios de los inmuebles transferidos.

¿De dónde salían los “adelantos” realizados por los imputados a SAER que fueron “cancelados” por ésta mediante la entrega de los cheques librados por AMUS? Eso es otra parte de la historia que es necesario conocer para ver la vinculación entre el vaciamiento realizado y el hecho inicial de mi querella de administración fraudulenta que, al ser descubierto por mí, fue como la punta del hilo de una madeja más amplia en donde el vaciamiento de SAER fue de las consecuencias más directas».

 

 

 

 

De la Redacción de Entre  Ríos Ahora.