El médico legista Damián Verzeñassi, uno de los referentes nacionales en el estudio de las consecuencias en la salud  de los agroquímicos utilizados en la producción rural, se refirió a la reciente manifestación de los productores entrerrianos en contra del fallo judicial que le pone límites a la pulverización cerca de las escuelas rurales.

En la manifestación del jueves pasado en la puerta de Tribunales, los ruralistas relativizaron las  consecuencias de los pesticidas en la salud y el ambiente con carteles, por ejemplo, que afirmaban que “los agroquímicos son lo mismo que se usa en las casas para combatir las plagas”.

En esa oportunidad, también alertaron que el fallo genera un gran daño en la producción,  ya que 300 mil hectáreas quedarían improductivas porque se encuentran dentro de los parámetros fijados para no fumigar:  1.000 metros terrestres y 3.000 aéreos.

Verzeñassi, paranaense, docente en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y en la Universidad Nacional del Chaco Austral (UNCAus), sostuvo que existen diversos trabajos científicos que prueban que los agroquímicos son dañinos para la salud y que sus consecuencias incluso se transmiten de generación en generación.

 

El profesional destacó el fallo de la Sala Penal Superior Tribunal de Justicia (STJ), que confirmó la inconstitucionalidad parcial del decreto 4.407, de diciembre de 2018, del gobernador Gustavo Bordet, que acotaba las distancias de fumigación a 100 metros terrestres y 500 aéreos de las escuelas rurales.

“El presidente del Superior Tribunal (Emilio Castrillón) ha sido claro: acá hay un derecho que hay que respetar y nosotros entendemos desde el campo de la salud que no hay margen para que se siga planteando la discusión sobre inocuidad o no de un producto que fue producido como veneno, fabricado como veneno, es publicitado como veneno, es vendido como veneno y aplicado como veneno y ejerce acción de veneno”, dijo en diálogo con el programa Puro Cuento, por Radio Costa Paraná 88.1.

Respecto de los dichos de los productores que plantearon que todos los ciudadanos contaminan de un modo u otro, Verzeñassi respondió que es “cierto que se contamina con muchas cosas y no sólo con los agrotóxicos”, pero advirtió que “si para poder seguir envenenando y violando el derecho a la vida y la salud de los gurises y gurisas echo mano a que también hay otro que está contaminando, es como se dice en la justicia: ‘a confesión de parte, relevo de pruebas’”.

En ese marco, el médico legista recomendó leer algunos trabajos científicos publicados en revistas de prestigio internacional, como Nature y The British American Journal, para conocer los efectos en la salud causados por los químicos utilizados en la producción.

“Entiendo que puedan no estar de acuerdo con nuestros trabajos, y entonces es una cuestión de fe: creo o no creo. La ciencia tiene como objetivo ir más allá de creer o no, sino a qué se pudo comprobar en la construcción del conocimiento científico, con metodología sólida y sin conflicto de intereses. Invito a leer la revista Nature que el 23 de abril publicó un trabajo científico que demuestra cómo la exposición de mamíferas embarazadas a herbicida basado en glifosato genera mutaciones genética transgeneracional. No en el mamífero embarazado ni en el hijo, sino en los nietos y bisnietos, o sea dos o tres generaciones posteriores a la generación expuesta han demostrado consecuencias genéticas graves”.

Además, recordó que en el 11 de febrero de este año en The British American Journal se publicó un trabajo que demuestra que la exposición prenatal a pesticidas genera desórdenes del espectro autista en niños.

En esa línea, recordó que la empresa Monsanto, gran productora de agroquímicos a nivel internacional, ya fue condenada en los Estados Unidos por las consecuencias de sus productos en la salud.  Y que ello también quedó expuesto en los Monsanto Papers, documentos que se hicieron públicos tras una demanda colectiva realizada en aquel país  que demuestran cómo la empresa manipuló informes científicos, realizó presiones a organismos de control y sobornó a la prensa.  El juez Vince Chhabria ordenó la desclasificación de gran parte de la documentación presentada tanto por los querellantes como por la corporación. 

“Los Monsanto Papers han demostrado y no dan lugar a dudas que la empresa, que hoy fue absorbida por Bayer, sabía que sus productos eran venenosos y dañinos para la salud y no solo lo ocultó sino que además le pagó a gente para que diga que había hecho trabajos que no habían hecho nunca y que esos trabajos decían que era inocuo este producto. Esto le ha valido perder tres juicios. El último fue por 2 mil doscientos millones de dólares, de los cuales 200 millones fueron por el daño a la salud causado, y 2 mil fue por haber ocultado la información de que este producto era dañino”, aseveró Verzeñassi.

Por último, consultado sobre el planteo de los productores a la inviabilidad económica de la agroecología, el especialista afirmó que existen trabajo de ingenieros agrónomos que muestran que la transición a un modelo sin químicos es posible y rentable.

“Ingenieros agrónomos mostraron evidencia de sus trabajos asesorando a productores que hicieron la transición que demostraban que esa transición no solo había sido beneficiosa para el territorio y la salud, sino también beneficioso para sus bolsillos porque habían reducido gastos y mejorado sus niveles de rentabilidad. Es cierto que eso implicó mayor trabajo. Quizás lo que algunos no estén aceptando en estos tiempos es que para poder ganar plata hay que trabajar, y trabajar la tierra implica no estar sentado en una oficina o buscando por internet las cotizaciones de la soja o el maíz transgénico en las Bolsa de Chicago, sino estar en el territorio escuchando lo que ocurre en la naturaleza para saber qué hay que hacer”, finalizó.

 

 

Foto: Cámara de Diputados de Entre Ríos

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.