El cura  Carlos Benavídez, hasta principios de mes párroco de la Parroquia San Ramón Nonato, de Villa 3 de Febrero, en Nogoyá, fue separado de su cargo por decisión del arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari.

Desde el lunes 10 no está más en Nogoyá. Su última actividad pública había sido el 3  de junio durante un acto de homenaje a los bomberos, del que participó el intendente Rafael Cavagna.

Desde la curia indicaron a Entre Ríos Ahora que «el arzobispo, en diálogo con el padre Benavidez, lo ha sacado de la parroquia, concediéndole un tiempo para la atención de cuestiones personales». Las «cuestiones personales» de Benavidez vienen de vieja data.

Los casos, que bordean el escándalo, fueron puestos en conocimiento de las autoridades del Arzobispado de Paraná. Se trata de siuaciones que involucran insinuaciones y ofrecimientos de dinero a cambio de sexo por parte del sacerdote.

Puiggari está al tanto de la situación.

Un excura relató una situación incómoda que vivió con Benavidez en la Parroquia Nuestra Señora de Luján. «Me ofreció dólares por sexo. Entiendo que no era la primera vez que lo hacía. Después, me fui enterando que lo hacía con otros hombres», relató.

El periodista Maximiliano Medrano, de Nogoyá, publicó este jueves a la noche en su Facebook lo que ya todos sospechan: que el cura Benavidez fue sacado el lunes de la ciudad envuelto en un escándalo sexual. «El fiscal Federico Uriburu, está al tanto de relatos y capturas de pantalla que involucran a dicho párroco, en cuestiones realmente indignantes, exhibiciones obscenas, acoso, etc…pero dado el carácter de los delitos, no puede proceder si no hay denuncias, dado que son personas mayores de edad», publicó.

Benavidez, apodado Potoco, es responsable del Instituto San Francisco de Asís, cuya directora, Gimena Bolzán, mantuvo diálogos con representantes de la Justicia y del Arzobispado de Paraná, y descartó que el sacerdote haya estado involucrado en conductas inapropiadas con menores. Lo que sí empezó a circular en las redes sociales son capturas de diálogos con hombres mayores de edad.

«Cagón, no te animas, jajaja, a venir, qué, tenes miedo», dice uno de los diálogos con un hombre que buscaba una changa.  «En confianza, ¿no hacés masajes?», pregunta el cura a la persona que se había ofrecido para cortar el pasto en la parroquia.

A decir verdad, en la Unidad Fiscal de Nogoyá no hay ninguna denuncia. No hubo casos de abusos a menores. Sólo contactos del sacerdote con personas adultas. Eso es lo que se desprende de los chats que empezaron a circular en las últimas horas.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.