Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, es un ferviente detractor de la Ley de Salud Mental, sancionada en 2010 e ideada por el psicólogo fueguino Leonardo Gorbacz, legislador nacional con mandato cumplido. La Ley N° 26.657 de Derecho a la Protección de la Salud Mental fija que «las adicciones deben ser abordadas como parte integrante de las políticas de salud mental. Las personas con uso problemático de drogas, legales e ilegales, tienen todos los derechos y garantías que se establecen en la presente ley en su relación con los servicios de salud».

La Ley de Salud Mental considera a las internaciones como último recurso. «La internación debe ser lo más breve posible, en función de criterios terapéuticos interdisciplinarios. Tanto la evolución del paciente como cada una de las intervenciones del equipo interdisciplinario deben registrarse a diario en la historia clínica. En ningún caso la internación puede ser indicada o prolongada para resolver problemáticas sociales o de vivienda, para lo cual el Estado debe proveer los recursos adecuados a través de los organismos públicos competentes», dice la norma.

Cuando las internaciones sean voluntarias, y el tiempo supere los 60 días, debe tomar intervención un juez; en el caso de las internaciones involuntarias, la intervención de la Justicia debe darse dentro de las diez horas posteriores al ingreso en una institución.

Claudio Izaguirre ha batallado contra esa ley porque, dice, “derribó la única herramienta legal que tenía una familia para lograr la internación compulsiva de un drogadependiente”. Ahora, Izaguirre dirigió sus dardos hacia la provincia de Entre Ríos, y apuntó al juez Civil, Comercial y del Trabajo de Villa Paranacito, departamento Islas, Agustín Adolfo Weimberg. «El Juez Dr. Agustín Adolfo Weimberg en compañía del defensor oficial Dr. Manuel Ruso, están emperrados en destruir de cualquier forma la Comunidad Terapéutica Ibicuy, acosando desde hace una año a la fecha a la institución», dijo Izaguirre en un comunicado que repartió de modo generoso en todas las redacciones.

La Comunidad Terapéutica Ibicuy funciona en una isla del Delta entrerriano, tiene mayoría de pacientes extraprvoinciales, y una tasa por servicios de internación que ronda los 1.000 dólares para los nacionales, y 2.000 dólares para pacientes extranjeros. Como funciona hoy -de forma restrictiva, cerrada y con internaciones prolongadas-, contraría la Ley de Salud Mental. Pero Izaguirre -que durante seis meses dirigió el Programa de Lucha contra el Narcotráfico en La Pampa y se fue en junio de 2016 en medio de un escándalo y ha participado de manifestaciones en contra de la despenalización del consumo de drogas junto al líder neonazi Alejandro Biondini– defiende capa y espada la actividad comercial que desarrolla en Entre Ríos. Con un discurso apocalíptico, dijo que la Comunidad Terapéutica Ibicuy, que funciona desde 1983,»está en peligro de cierre por la obstinada acción de un juez y un abogado defensor, que diariamente van al centro de rehabilitación y retiran en plena terapia a algún paciente para atormentarlo en el juzgado con inquisitorias preguntas con el único fin que el adicto en rehabilitación abandone su tratamiento».

El defensor oficial es Manuel Ruso, que actúa como abogado defensor de las personas que están internadas contra su voluntad en la comunidad terapéutica, porque así lo fija la ley. La Justicia ya ha obligado a la entidad a externar pacientes en tratamientos que seguían aún excediendo el plazo límite que fija la ley. La situación genera conflicto porque se afectan intereses económicos. Los pacientes que llegan -casi todos de fuera de Entre Ríos- tienen capacidad económica como para afrontar los prolongados y costosos tratamientos. «Juez y Defensor Oficial pretenden robarle la tranquilidad y la vida a los adictos que están en rehabilitación, ¿que harán entonces con los que tengan la desgracia de caer en ese juzgado y esa defensoría?», se pregunta Izaguirre.

La respuesta provino de la Asociación de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de Entre Ríos, que pidió «el cese de acciones que atropellan el Estado de Derecho».

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.