Varias veces saca el celular del bolsillo del saco -lleva puesto un traje cuidado: viste con justeza-, habla muy rápido -tiene una memoria increíble, una acumulación generosa de datos- y da señales inequívocas que domina a la perfección un oficio que parece haber sido creado a su medida.

Silvio Vivas, 49 años, bonaerense, viaja desde hace más de una década desde su ciudad, La Plata, a Paraná, más de 500 kilómetros. Llegó en el verano de 2008 para ocupar la gerencia general del Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social (Iafas), organismo que ahora preside. En su oficina tiene cuatro pantallas y en esas cuatro pantallas se puede rastrear el dato preciso, la evolución de las apuestas, cuánta utilidades dejó cuál juego, cuál recaudó más, una radiografía del personal -quién faltó, cuál tomó licencia, por qué motivo-, qué número fue el más jugado.

La oficina de Vivas es amplia, y por los grandes ventanales se abre paso la luz amable de un sol tibio de mediodía de agosto.

Sabe, por ejemplo, un dato que quienes no habitan el juego intramuros, no conocen: que si un día en la Tómbola aparece el 32, el 48, el 24, puede resultar letal para las finanzas del Iafas.  Teme los batacazos: que la gente acierte cuando el calendario marca fechas precisas, el cumpleaños del Papa, el nacimiento de Maradona. El abecé de la timba. Sabe, claro, mucho más: ha transformado el Iafas, lo ha vuelto eficiente, lo ha puesto en una carrera de logros de calidad que son certificados por organismos internacionales.

Ahora está como en un período previo a la abdicación. Dice que su ciclo al frente del Iafas tiene fecha de vencimiento y que analiza seriamente volverse a La Plata. En más de una década, ha ido y vuelto a lo largo de 540 kilómtros. En la provincia de Buenos Aires está su familia; en Entre Ríos, su trabajo.

«En algún momento tengo pensado volver. Yo tengo familia, tengo dos nenes chiquitos. Mi tiempo es limitado. Ahora estoy  focalizando muchísimo en la formación de un equipo de trabajo que pueda seguir la tarea, y en lograr que lo que se ha hecho quede, que no haya marcha atrás. De todos modos, va a ser muy difícil volver atrás», dice Vivas.

Habla de un plan estratégico a 5 años, de la formación de equipos gerenciales sub40, de clima de trabajo, de cohesión de equipos, de profesionalización, de normas de calidad, de eficiencia, de contención del gasto, de maximización de las utilidades. Las utilidades tienen un fin determinado: fomentar acciones de ayuda social por parte de la Provincia.

Enumera Vivas lo que tiene, lo que hay en Iafas: 920 agencias, 100 levantadoras de apuestas, 30 salas tragamonedas, 10 casinos, 1.200 personas trabajando, y destaca la permanente actualización, la incorporación de tecnología, la contratación de un licenciado en Nutrición para que evalúe los menúes que sirven en las salas a los apostadores.

-¿Piensan permanentemente en lanzar nuevos juegos?

-No, en materia de juego ya está todo inventad. Además, el juego no va a crecer. La oferta de juego en Entre Ríos llegó a un techo. Más no podemos ofrecer. Pero el juego está en la calle, siempre. Si hoy decidiéramos cerrar la sala de calle 25 de Mayo, la gente iría a apostar a Santa Fe. El juego está. No es que los estados provinciales crean juego y la gente viene. Y lo que siempre se da es que le juego arranca clandestino primero. Pasó con la quiniela, pasó con las tragamonedas, pasó con las apuestas deportivas. Cuando toman determinada envergadura, los Estados provinciales lo regulan, lo normatizan. Pero eso es normal aquí y en todo el mundo.

El crecimiento, si es que habrá crecimiento en el juego, vendrá de la mano de la digitalización, de las nuevas tecnología. Apostar desde el celular, como ya ocurre con el Quini 6.

-Fuimos pioneros en adaptarnos a los nuevos consumos. Hace casi 7 años licitamos esta plataforma, con la Tómbola, que no anduvo. Lo hicimos por mensaje de texto. Me parece que en ese momento no había mercado. Todavía no lo hay. En estos momentos lo estamos haciendo con el Quini 6. El apostador va a la agencia, carga su «monedero», y después hace la apuesta desde su casa. Utiliza código de barra y una dirección de mail. En eso se sigue trabajando. Estamos preparados para el cambio cuando el mercado lo requiera.

Vivas dice que, a pesar de la crisis, el juego crece. En el último año, la Tómbola tuvo un aumento del 28% en recaudación y del 34% en utilidades, lo que expresa que se jugó más, pero no se pagó tanto.

Abre una de las cuatro pantallas -están a sus espaldas, en una oficina luminosa en un edificio de diseño- y muestra de qué modo la acción social ha ido creciendo. «Cuando vine, lo único que podíamos hacer era financiar la Ley de Amas de Casa. Hoy no sólo pagamos los $36 millones para Amas de Casa, sino que destinamos $454 millones para distintos programas, y de estos, $284 millones que mandé a Tesorería, que es un excedente. La ley dice que el excedente se manda a Tesorería», señala.

Abre otra pantalla, busca el mouse, clikea, se abre un listado de órdenes de pago, números, detalles de reservas en las cuentas del banco, un fondo provincial que está en encaje en el Banco de Entre Ríos, el agente financiero del Estado provincial.  «Acá también -dice Vivas, y marca con el puntero de la computadora otro listado- tengo el detalle de las licitaciones en marcha. Si alguna me interesa controlar, me bajo el PDF».

-¿Cómo lograron ampliar el margen de ayuda social desde el Iafas?

-Lo conseguimos maximizando utilidades y hacerla sostenida en el tiempo. ¿De qué forma se hace? Por un lado, optimizando los ingresos, y por otro lado, cuidando le gasto. Y para cuidar el gasto hay innumerables caminos, y haciendo tomar conciencia en la gente de cómo hay que cuidar el gasto. Acá, cada uno que arma el presupuesto dice en qué va a gastar, en qué necesita gastar. Por ejemplo, el año que viene vamos a tener un gasto de $5 millones para cambiar los bolilleros. El sector que está en esa tarea, hizo todo un informe completo y explica por qué hay que hacerlo. Así, en todo. Cuando vos te sentas arriba del gasto, y optimizas, la gente se va a acostumbrando a cuidar los recursos. El éxito de los números de 2018 se explica en la reducción del gasto más que en el aumento de la recaudación.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.