El hecho ocurrió la noche del 25 de agosto de 2015 en el barrio Barranquita, en Paraná: RSG y AMG, hermanos, fueron donde la casa de un vecino, JRZ, y, alcoholizados y a punta de pistola, le exigieron que les entregara un patos y dos gallinas de su propiedad. El pato y las gallinas siguieron en poder de su propietario pero por el uso de arma el incidente quedó catalogado en la Justicia como intento de robo. Y generó la apertura de una causa, con abogado defensor, Miguel Cullen, una fiscal Paola Farinó, y un juez, Pablo Vírgala, que este miércoles dictó sentencia.
No sólo eso. Dictó sentencia, absolvió a RSG y AMG y reprochó el modo absurdo cómo el Estado judicializó un conflicto vecinal que ya había sido resuelto por los involucrados. El defensor había reclamado, en vano, que el altercado fuera resuelto en una mediación; la fiscal, mientras, pidió la aplicación de una pena de tres años de prisión efectiva.
Nada de eso. El juez Pablo Vírgala, vocal del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná, resolvió absolver de culpa y cargo a los hermanos por cuanto, aseguró, no se acreditó que el arma de fuego utilizada en el intento de robo que estuviera en aptitud para efectuar disparos.
Aunque los fundamentos se conocerán el 14 del actual, el juez Vírgala hizo una serie de consideraciones de envergadura. Primero, cuestionó a la fiscal Farinó cuanto hizo notar que “los jueces no elegimos las causas que llegan a debate, los fiscales son los que traen y presentan el caso”. Al respecto, sostuvo que en el nuevo sistema de enjuiciamiento las pruebas se presentan al juez recién en el debate, con el fin de evitar la contaminación por otras pruebas y el prejuzgamiento, y señaló que “desconocemos en absoluto la prueba, no sabemos qué es lo que tiene el fiscal para traer en la causa”.
Respecto del intento de robo de dos gallinas y un pato, aseguró que “la causa en sí estaba resuelta antes de que llegar a esta etapa, los vecinos habían limado asperezas y, sin embargo, la política criminal aplicada en este caso por el Ministerio Público Fiscal determinó que esto no fuera así, invocando cuestiones superiores que tienen que ver con la disponibilidad de la acción y la acción penal pública”.
Vírgala hizo notar que “se obvió lo que las partes habían acordado, y se evitó seguir adelante con esta amigable composición a la que habían arribado”. Es decir, la Justicia armó un juicio en un conflicto que había sido resuelto mediante formas alternativas, y por propia voluntad, fuera de los tribunales.
Además, resaltó que “en un caso que ya estaba resuelto, el Estado reavivó el conflicto, y aun pensando que algo se ganaba, teníamos la herramienta del artículo 43, del desistimiento voluntario, que no es un invento del garantismo, es un artículo que ya estaba plasmado en el Proyecto Tejedor de 1864, siguiendo lineamientos internacionales en la materia, es decir no es nuevo, el que desiste voluntariamente de un delito no está sujeto a pena”.
Respecto del hecho en sí, planteó que “robar gallinas está mal, no puedo tolerar que alguien robe gallinas. Esta mal robar, gallinas, autos o dineros públicos”. Y amplió: “La gallina puede ser irrisoria para cualquiera de nosotros, pero no para el que tiene solo dos gallinas. Porque entonces se da la paradoja de que condenamos a los pobres, pero cuando le roban a los pobres no le damos justicia porque son pobres, y es ínfimo lo que le robaron. Tampoco puede ser así, esto quiero que quede claro”.
Pero hizo notar lo paradigmático de la causa por cuanto “se tenía la posibilidad de hacer algo y no se hizo” y aseguró: “No estoy amparando el robo, estoy para juzgar a quien roba, porque robar está mal, pero aquí no cumplimos con la manda constitucional que es afianzar la justicia”.
Así, dispuso absolver a los hermanos por haber desistido voluntariamente del delito que se les imputó.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.