La crisis social, política y económica que atraviesa Venezuela, gobernada por Nicolás Maduro, generó un éxodo de personas a países limítrofes en busca de estabilidad y seguridad. Entre los que se van se encuentran profesionales de la salud que buscan rearmar sus vidas.

Seguir ejerciendo la medicina es uno de los objetivos de muchos. Sin embargo, una de las trabas que se encuentra para ingresar al sistema sanitario público o privado es los reconocimientos de sus títulos. El trámite puede durar pocas semanas o meses. Mientras esperan, algunos se ganan la vida como taxistas, repartidores o atendiendo comercios.

Según la Asociación Civil Médicos Venezolanos en Argentina (Asomevenar), fundada el 8 de agosto de 2017, en el país hay 1.120 médicos venezolanos censados, 521 tiene su título convalidado por los organismos nacionales, y trabajan en 56 hospitales, distribuidos en 23 provincias.

En nuestra provincia hay 14 venezolanos que llegaron para integrar los planteles profesionales de hospitales del interior, lugares donde históricamente han faltado médicos generalistas, y especialistas como cirujanos, traumatólogos y anestesistas, entre otros.

Germán Coronel, asesor legal del Ministerio de Salud de Entre Ríos, contó en el programa Puro Cuento de Radio Costa Paraná 88.1, cómo se fueron incorporando médicos extranjeros, entre ellos cubanos y de la patria de Bolivar.

“En un momento tuvimos una crisis muy profunda en varias especialidades, sobre todo en anestesiología. Teníamos muchos planteles donde no se hacían cirugías porque no había anestesiólogos y era imperioso resolver la situación. Entonces apareció la posibilidad de autorizar médicos extranjeros con especialidades y aparece un cubano que había sido acompañante de las tropas argentinas en Haití. El médico tenía en su certificado el sello del consulado argentino en La Habana, que certificaba la autenticidad del título; y también tenía una apostilla de La Haya, que certifica los instrumentos públicos y privados”, comentó.

Luego dijo que tras esa experiencia, con la incorporación del médico cubano, se abrió la posibilidad de dar cobijo a profesionales venezolanos que llegaban huyendo de la crisis. Y señaló que la iniciativa también buscó terminar con el déficit de médicos generalistas, pediatras, otorrinolaringólogos, cardiólogos, neurocirujanos y anestesistas que existe en nosocomios del interior, como La Paz, Feliciano, Nogoyá, entre otros puntos de la provincia.

“Cuando se decide llevar adelante la incorporación de los médicos venezolanos, un director de un hospital de la provincia me conecta y me reúno con ellos. Yo quería ver qué tenían. Cuando veo el diploma parecía hecho en Burzaco, de juguete. No era de cartón como el nuestro, parecía un papel distinto. Con letras góticas. Cuando lo di vuelta, veo que tienen una numeración oficial: era el apostillado de La Haya”, contó Coronel y agregó que esa certificación oficial internacional permitió avanzar con el proyecto de contratación de los médicos.

“De esa manera nosotros pudimos, frente a la emergencia, hacer contrataciones exclusivamente para el sistema público de estos médicos venezolanos. Están muy bien formados, gente muy trabajadora como la nuestra”, señaló el asesor de la cartera sanitaria provincial y aclaró que se invitó a anestesistas locales a trabajar en localidades del interior, pero no obtuvieron respuesta.

Así, el sistema de salud público provincial acogió a profesionales que llegaron en busca de estabilidad laboral y económica, y con ganas de brindar su conocimiento en beneficio de pacientes locales.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.