El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, declarará como testigo en el juicio oral que se inicia este miércoles en los Tribunales de Paraná contra el cura Mario Javier Gervasoni, acusado del delito de falso testimonio. También lo hará quien fuera asesor legal de la cura, el abogado Mario Martínez, y podría también brindar su testimonio el vicecanciller del Arzobispado, el sacerdote José Rodríguez.

La primera audiencia será este miércoles 18, a las 9, ante el juez José María Chemes, integrante del Tribunal de Juicios y Apelaciones. La segunda, de cierre, será el viernes 20, también a las 9. La mano derecha del obispo Puiggari está acusado por el delito de falso testimonio al no haber contado todo lo que sabía durante el proceso que se siguió al cura Justo José Ilarraz, finalmente condenado a 25 años de cárcel por los graves abusos a menores en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo.

A Gervasoni -que lo asisten los abogados Miguel Cullen, Guillermo Vartorelli y Daniel Lambarri- se le imputan dos delitos: “falsedad” y “reticencia” en la declaración como testigo en la etapa de instrucción de la causa Ilarraz.
El secretario privado de Puiggari declaró el 8 de abril de 2015 en los Tribunales de Paraná. Entonces no contó todo lo que sabía del caso Ilarraz y de los abusos en el Seminario, según entiende la Procuración. Esa situación quedó en evidencia luego de los testimonios de Hernán Rausch, una de las víctimas de Ilarraz, y de los testigos José Carlos Wendler y Leonardo Tovar, quienes serán citados como testigos en el juicio que se le hará a Gervasoni. También fueron ofrecidos como testigos por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull los sacerdotes José Estanislao Zapata y Jorge Charreun, y el abogado Milton Ramón Urrutia.

El abogado Guillermo Vartorelli, defensor de Gervasoni, encuentra flancos débiles en la acusación. «Es una causa que no debió haber llegado a juicio. Habitualmente se resuelven estos casos con una salida alternativa. Pero mi defendido no quiso aceptar haber incurrido en falso testimonio, y en ningún momento va a consentir que se lo tenga por mentiroso. Ante esto, la única solución es llegar a juicio, y discutirlo en esa instancia. En el juicio trataremos de aclarar que no hubo ocultamiento ni mentira», dijo.

En declaraciones al programa Puro Cuento de Radio Costa Paraná 88.1, Vartorelli indicó que cuando se sustanció el juicio al cura Ilarraz, en 2018, se lo citó a Gervasoni como testigo, pero él expresamente pidió al tribunal que se lo relevara porque estaba siendo investigado por su declaración en la instrucción. «Cómo se lo puede citar como testigo si se había cuestionado su declaración anterior, diciendo que había sido remiso. El tribunal lo entendió y dijo que no correspondía que declarara en ese juicio», apuntó.

Luego, aludió a un documento que presentó en el la causa Gervasoni: se trata de un documento firmado por el vicecanciller de la curia, José Rodríguez, que certifica que el sacerdote tiene secreto profesional, del que debe ser relevado para poder declarar. «Entiendo que es un elemento importante a analizar el secreto. Se le atribuye a mi defendido  haber conocido cosas en función de ser el secretario del arzobispo. En realidad, no es secretario sino asistente. La tarea que realiza se  desarrolla bajo juramento de secreto. Es como el secreto profesional de un médico o un abogado. Y la ley expresamente establece que en esos casos, en esos casos sensibles, no debe recibirse declaración. O si se lo hace, hay que relevarlo del secreto. Es lo que no ocurrió en este caso. No fue relevado del secreto cuando  declaró en el juicio a Ilarraz», señaló Vartorelli.

El Ministerio Público Fiscal acusa al secretario privado de Puiggari por “haberse pronunciado con falsedad y reticencia, ocultando datos al juez, datos que no podía ignorar por el rol protagónico de secretario del arzobispo, con quien convive” en la residencia episcopal de la Costanera Alta. Fue cuando Gervasoni declaró como testigo en la causa Ilarraz, en 2015. Como para la Fiscalía se encontraría ya acreditado el delito, durante la audiencia de hoy ya hizo el adelanto de pedido de pena que hará para el cura: prisión condicional de 1 año y 6 meses por el delito de falso testimonio.

En realidad, Gervasoni ya había tenido un primer contacto con la causa Ilarraz en 1995, cuando el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic ordenó una investigación diocesana, al tomar nota de las primeras acusaciones por los abusos.

Gervasoni formó parte de los sacerdotes y seminaristas que debieron declarar ante el instructor de justicia de la curia, el sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, en 1995.

Gervasoni dijo que jamás conoció a las víctimas, que nunca ningún sacerdote le comentó nada de Ilarraz, y lo recordó como a un cura que acompañaba a los seminaristas en el estudio y en el deporte.

En Tribunales, en 2015, Gervasoni dijo: que supo que se hicieron actuaciones diocesanas. “Si mal no recuerdo las fechas, se comenzaron en el año 1995, creo. Es lo que sé. Lo sé porque en el año 1995 se me pide a mí un testimonio de si había visto alguna conducta inusual o algo raro que haya visto en ese tiempo, a lo cual yo respondo que no, que no percibí nada inusual o fuera de lo común.Me pidió que declarara en esa época el padre Puiggari y la declaración la hice en el Seminario, porque yo en esa época todavía estaba allí”.

“La declaración la hice por escrito y  se lo di al padre Puiggari. Se nos  nos pidió que seamos reservados. Por mi manera de ser, nunca lo comenté porque no me parecía que correspondiera comentarlo”, contó.

En la etapa del juicio oral a Ilarraz, Gervasoni estuvo en la lista de testigos, pero luego fue desechado su testimonio en función de la causa por falso testimonio que ahora se encamina hacia el juicio oral.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.