Los números no le dan a Emilio Aroldo Castrillón para aspirar a la presidencia o vicepresidencia del bienio 2020/2021 en el Superior Tribunal de Justicia (STJ). En acuerdo, el alto cuerpo deberá votar, este martes 3 de diciembre, las nuevas autoridades. El binomio que aparecería con más fuerza para ser votado es el conformado por Martín Carbonell y Germán Carlomagno.
Castrillón escribió un mensaje que puede entenderse como un corolario de la disputa palaciega que se dio en los últimos días.
El hasta ahora presidente del STJ planteó que “no me entregaré a las mafias, a los vende humos ni me arrodillaré por prebendas o apoyos, no cambio favores que no corresponden por cargos ni poderes y mucho menos para que algunos que creen que no han hecho las cosas bien negocien para no ser investigados a través de nexos políticos enriquecidos”.
Y agregó: “Por un Entre Ríos fuerte, justo, equitativo y de pie, mi lucha seguirá siendo contra los tibios y temerosos cómodos para obtener tranquilidad efímera juré, y con mi juramento por la verdad y la justicia”.

Tuvo un movimiento pendular Castrillón: primero anunció que se retiraba de la disputa, pero después se arrepintió y echó a rodar nuevamente su candidatura. El nombre que primero se empezó a barajar con más chances de sucederlo era el de la actual vicepresidenta Susana Medina de Rizzo, de relevante proyección nacional e internacional por su rol en las asociaciones de mujeres juezas.
Las negociaciones, sin embargo, nunca se detuvieron y en las últimas horas la fórmula que tendría más chances de suceder a Castrillón/Medina sería la dupla del concordiense Martín Francisco Carbonell, presidente de la Sala Civil y Comercial, y el experimentado Germán Reynaldo Carlomagno, vocal de la Sala Laboral.
Castrillón exhibe un trabajo destacado en la aplicación de reformas, modernización y apertura del Poder Judicial, pero le juega en contra su verborragia mediática. Dice en público lo que piensa del sistema judicial -llegó a señalar que los jueces de Garantías son meros «escribanos» de las peticiones de los fiscales- y se ha granjeado la antipatía de la Asociación de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial. Por eso, su reelección es un hueso duro de roer para mucho de sus pares en la Justicia.
En el seno de los 9 vocales del STJ que el martes 3 deberán votar a las nuevas autoridades, se impondría como «prenda de unidad» la fórmula Carbonell/Carlomagno, dos magistrados de bajísimo perfil.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.