La Parroquia Inmaculada Concepción, de Concordia, decidió cerrar el comedor comunitario que funcionaba los sábados en la cocina del templo, y que atendía un grupo de voluntarios, por cuanto, argumento, “hace tiempo venimos sufriendo una serie de hechos desafortunados en la parroquia que, en varias ocasiones, nos han obligado a llamar a la Policía para proteger la seguridad de los fieles”.
La decisión fue adoptada por el párroco José Luis Bogado en acuerdo con el Consejo Pastoral Parroquial y la Junta Parroquial, que propusieron “una propuesta alternativa para una nueva modalidad donde la seguridad de los fieles quede resguardad y a su vez se atiendan las necesidades de las personas”.
“Dicha propuesta –indicó la Parroquia Inmaculada Concepción- fue presentada al equipo que coordinaba el servicio en cuestión (el comedor que atendía a personas en situación de calle, NdelR), el cual manifestó disgusto y disconformidad, por lo cual han decidido no continuar con dicho servicio. Es por esto que, el 7 de marzo del corriente, ha dejado de funcionar el comedor de los sábados”.

La Iglesia concordiense afirmó después: “Es nuestra obligación moral, frente al Dios de la verdad, desmentir el encabezado de la notia de un medio de comunicación de la ciudad de concordia”, en alusión a Diario Río Uruguay, que publicó la noticia del cierre del comedor, bajo el siguiente título: “Malestar porque el sacerdote mandó a cerrar el comedor”.
La decisión de “cerrar el comedor”, dijeron desde la Parroquia Inmaculada Concepción, fue “tomada por el equipo coordinador del comedor de los sábados” por cuanto “la propuesta del Consejo y de la Junta fue (poner en práctica) una nueva modalidad para que el servicio continúe prestándose”.
Al final, el comunicado parroquial cierra así: “Pedimos a Jesús y a María que nos muestren nuevos caminos para la vivencia de la caridad cristiana que el Evangelio reclama de todos nosotros”.
El comedor parroquia, que ahora fue cerrado, daba de comer todos los sábados a 263 personas en situación de calle en Concordia.
Juan Ferla, uno de los voluntarios que impulsó el comedor, explicó a Diario Río Uruguay que “nos encontramos con que el padre José Luis Bogado (a cargo de la parroquia) nos llamó para decirnos que había cambiado el tema y ahora no íbamos a seguir recibiendo gente ahí», y se quejó por canto la prisa del sacerdote por resolver la cuestión les impidió siquiera avisar a tiempo a la gente que buscaba la vianda cada sábado.
Foto: Diario Río Uruguay
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.