El sistema educativo provincial está en cuarentena desde el lunes 16 de maro y, de momento, no fecha cierta de la vuelta a la normalidad en las aulas debido a la vigencia del aislamiento social, preventivo y obligatorio como consecuencia de la pandemia de ccoronavirus.
En el ínterin, el Consejo General de Educación (CGE) diagramó un programa, «Contenidos en casa», de modo de sostener el proceso educativo y la relación entre docentes y alumnos, con la mediación de la tecnología. Claro que no todos los docentes ni todos los alumnos tienen acceso a la tecnología. Hay zonas sin conectividad, y familias sin posibilidades de sostener el ida y vuelta on line.
Celia Sánchez, directora de la Escuela Provincial de Jóvenes y Adultos N°26 Victoriano Montes -funciona en el edificio de la Escuela 25 de Mayo, en Gualeguaychú y Monte Caseros, de Paraná-, cuenta una realidad: la institución tiene una sede central, y tres anexos, con 70 alumnos. Uno, en Estación Parera; otro en el Hogar de Cristo -un dispositivo de la Iglesia que contiene a jovenes con adicciones-; y la Asociación de Padres de Niños Autistas (Apadea).
¿Cómo se sostiene el proceso educativo? «Todos los días, en un horario establecido, el docente envía la actividad y responde si hay alguna inquietud. La comunicación con los alumnos es por medio del celular», dice la docentes. Pero enseguida aclara: «Los docentes envían las actividades por whatsapp, pero como nuestros alumnos en su mayoría son de escasos recursos, no tienen celular y entonces no pueden recibir y realizar dichas tareas. También se dificulta por el hecho de que muchos estudiantes no saben leer ni escribir y son personas grandes».
La población estudiantil de las Escuelas de Jóvenes y Adultos tienen en el docente no sólo atención en lo pedagógico sino en toda la situación que los rodea. «Claramente, no todos pueden seguir aprendiendo -afirma-.Y si. tuvieran celular y recibiesen las actividades, muchos son alumnos con problemas de aprendizaje. Nuestra modalidad recibe a una población con diversas necesidades».
Roque Santana, supervisor de escuelas de jóvenes y adultos, cuenta que los docentes y los alumnos forman grupos de whatsapp -a veces, con videollamada- y se conectan, y desarrollan. En el caso de alumnos analfabetos, se aplican otras estrategias. Se busca fortalecer el acompañamiento de nuestros estudiantes. Pero como se trata de personas de setores muy vulnerables, este acompañamiento se transforma también en un asesoramiento sobre cómo hacer prevención, cómo tramitar la asignación que dispuso el Gobierno. Si la persona todavía no sabe leer ni escribir, se trabaja con audios».
Santana aporta un data: el programa Conectar Igualdad, que durante el kirchnerismo universalizó el uso de computadoras en las escuelas, no llegó al sector de adultos, y «por eso se hace más difícil, y tenemos que trabajar con el celular. Pero además, nosotros trabajamos en forma diferente que el nivel primario o el secundario porque tenemos otra estructura curricular. Los materiales que distribuyó el CGE está dirigido a primario y secundario; para nuestros alumnos hemos elaborado nosotros el material. El trabajo es relativamente fácil con los alumnos que ya venían cursando; el problema que se nos presenta es con las nuevas incorporaiones. Este año hubo una inscripción importante de nuevas personas».
En educación de adultos, agrega, muchos estudiantes están «institucionalizados», en el hogares del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), en el Hospital Escuela de Salud Mental o en la Colonia de Salud Mental de Diamante. «En esos casos, pedimos a esas instituciones la colaboración para que les cedan una computadora o un celular para poder mantener el contacto y enviar los materiales -amplía-. Nuestra población de jovenes y adultos no tiene todas las herramientas como el resto de los alumnos para seguir el proceso educativo, y entonces tenemos que adaptarnos. El 50% tiene alguna discapaidad».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.