«Soy el padre Ricardo, de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe. De esta situación salimos juntos, es el momento de los grandes gestos y queremos invitarte a colaborar con alimentos, para que diariamente podamos preparar 430 viandas para nuestros hermanos que no tienen el pan de cada día. Necesitamos: fideos, arroz, puré de tomate, verduras, aceite y carne. Lo podes hacer de la siguiente manera : mandarlo a la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, 8 a 12,30, por depósito bancario o Mercado Pago. Que el Señor que ve en lo secreto recompense tu generosidad».

El cura Ricardo López, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe (República de Siria 494) lanzó un SOS que circula por whatsapp: el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus que rige desde el 20 de marzo último potenció la crisis social en un costado de Paraná que cuenta con uno de los bolsones de pobreza más extendido. El comedor comunitario que funciona en Guadalupe -y que asiste a los barrios San Martín, Mosconi, Alloatti, Balbi, Antártida, Las Flores y Humito, ha visto creer de manera exponencial la demanda.

La campaña solidaria que lanzaron tiene un nombre enfático: «Ayudanos a parar la olla».

En forma corriente, entregaban 250 viandas. Ahora, en medio de la pandemia pasaron a tener 450 comensales, «y la demanda crece, aunque no podemos atender a todos porque no podemos», dice el cura López. No sólo brindan viandas de lunes a viernes, sino que también entregan bolsones de alimentos para que las familias puedan cocinar en sus viviendas, y asisten a los comedores comunitarios de los barrios San Martín y Los Hornos. «Es algo recurrente la gente que tiene necesidades, y ya hemos ampliado el número de personas a las que asistimos. Pero no podemos ampliar más. Ahora atendemos a 450 persona, y seguro se van a ir sumando muchas más», cuenta.

La cuarentena no sólo aumentó la demanda sino que redujo las colaboraciones que recibían. «Estamos buscando recursos. Había mucha gente que colaboraba, que traía mercadería, que ahora no lo está pudiendo hacer. Tampoco nosotros tenemos los medios como para salir a buscar por toda la ciudad. Y la demanda en estos días es mucho más», dice.

José María Velázquez, titular de la Pastoral Social del Arzobispado de Paraná, admite que el panorama se da en varios merenderos y comedores comunitarios que sostienen las comunidades parroquiales. La Pastoral Social está procurando dar respuesta, además, a un grupo de 80 familias de ladrilleros que en estos momentos están sin producción.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora