El 20 de agosto de 2015, Gualeguaychú quedó envuelta en un olor tan intenso que algunos ciudadanos sufrieron afecciones de todo tipo: sensación de mareos, ardor en garganta y ojos, tos, dolor de cabeza e hinchazón en la boca. Aquella vez, a través de su sitio Web, la pastera UPM, ubicada en Fray Bentos, Uruguay, informó que las emanaciones se debían a que se estaban realizando trabajos de “mantenimiento”.
Ahora, se sabe, la emanación que afectó a varios vecinos fue ácido sulfhídrico, gas incoloro con presencia en la producción de papel. Además, se conoció que una médica forense de la Justicia Nacional reconoció que el químico en el aire afectó a la calidad de vida y la salud de los habitantes.

 

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Aquella vez, hace más de un año, los integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental radicaron una denuncia ante la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable del municipio de Gualeguaychú y luego recurrieron a la Justicia Federal, donde presentaron pruebas testimoniales de afectados y pidieron medidas para que se verifique la violación del artículo 55° de la Ley de Residuos Peligrosos, Nº 24.051.
La causa fue caratulada “UPM (exBotnia) s/infracción Ley 24.051 (art. 55)” y tramita en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº1, de Concepción del Uruguay, a cargo de Pablo Andrés Seró.

En ese expediente, la Asamblea Ciudadana Ambiental advirtió que no se encontraban ante la “tentativa de contaminación” sino ante el hecho en sí.

El artículo 55°, referido por los ambientalistas, señala que será reprimido con las mismas penas establecidas en el artículo 200 del Código Penal, el “que envenenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general”. Las penas, según la gravedad del caso, pueden ir desde tres a diez años de prisión a multas de 10.000 a 200.000 pesos.

En la presentación ante la fiscalía federal, los denunciantes pidieron que se llame a declaración indagatoria a los directivos de la pastera ubicada en la ciudad de Fray Bentos, Uruguay, a unos 30 kilómetros de Gualeguaychú.

En octubre de 2015, el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación comenzó a analizar “si las afecciones y/o dolencias que habrían sufridos las personas textualmente damnificadas, presentan vinculación directa con las emanaciones y/ o funcionamiento de la pastera ‘UPM’ ex ‘Botnia’”.

En las consideraciones médicas se detalló la presencia de gases olorosos con “sulfhídrico y mercaptanos” y se explicó que el ácido sulfhídrico es un gas que se encuentra mayoritariamente en la producción de papel: “se trata de un gas incoloro, soluble en varios líquidos y de olor penetrante a huevo podrido. La mayor parte del gas se encuentra en forma natural, pero resulta tóxico a altas concentraciones. Procede mayoritariamente de la fabricación de pasta de papel, el refinado del petróleo y la industria textil”, dice el documento al que accedió Entre Ríos Ahora.

A mediados de este año, la médico forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Flavia Alejandra Vidal, concluyó: “Podemos observar que las personas presentaron primariamente olor, y dentro de los síntomas relatados, especialmente están los irritantes ya sea de mucosas y de vías aéreas, con irritación nasal, conjuntival, de garganta, y algunos presentaron nauseas”.

“En los relatos de sensación de mal estar, no están definidos los síntomas, no pudiendo precisar cuáles eran estos, esta sensación altera la calidad de vida, afectando así la salud”, agrega Vidal y cierra reconociendo que las afecciones que presentaron los denunciantes “estarían relacionadas a la exposición de químicos que hubo en el aire”. Sin embargo, el párrafo cierra de forma ambigua, al asegurar que la “respuesta en la salud a los mismos estaría dada por la sensibilidad individual de las personas, más allá de las concentraciones a las cuales se expongan”.

A pesar de ello, lo cierto es que la médica forense de la Justicia nacional reconoció que las afectaciones estarían vinculadas a los químicos que estuvieron presentes en el aire el 20 de agosto de 2015 y que ello alteró la calidad de vida de los habitantes.

Gonzalo Núñez
Especial para Entre Ríos Ahora.