“La parroquia necesita de tu ayuda! Te acercamos la forma en que podes hacerlo en este tiempo de cuarentena”.
El cura Walter Minigutti, párroco de Santo Domingo Savio, posteó en su página web el mecanismo a través del cual los fieles pueden seguir aportando donativos en dinero mientras las misas sigan con restricciones.
Por la pandemia de coronavirus, desde mediados de marzo rige un protocolo a través del cual los templos sólo abren las puertas para recibir visitas esporádicas de fieles, pero no tienen permitido asistir a misa, que desde entonces se transmiten por plataformas digitales.
En mayo, los tres obispos de Entre Ríos presentaron un pedido al Gobierno para que se permitiera, en base a protocolos de prevención, la vuelta de las misas con público, Después, en junio, un grupo de curas presentó sendas notas a distintos intendentes con igual petición. De momento, nada ha variado. Sólo en Viale se ha resuelto autorizar las misas con fieles.

La consecuencia más próxima fue un sensible desmejoramiento de las finanzas parroquiales: sin misas presenciales, sobre todo las más concurridas –Minigutti suele convocar a las denominadas misas “de sanación”, una vez a la semana-, no hay ingresos a través de las colectas.
Pero como los gastos fijos de los templos se mantienen, los curas deben apelar a distintos métodos de recaudación. La mayoría eligió publicar sus su clave bancaria única (CBU) para que los fieles hagan las transferencias.
En Santo Domingo, además, crearon una página a través de la plataforma Wix.com y armaron un sistema de aportes, a través de dos modos posibles: mediante transferencia bancaria, o con tarjeta de crédito o débito mediante Mercado Pago, la billetera electrónica creada por Mercado Libre, de Marcos Galperín, que es líder en el mercado, con más de 3 millones de suscriptores.
La parroquia San Antonio, de Gualeguay, puso a la venta un bono contribución, a un valor de $150, con un primer premio de una heladera, como forma de reunir recursos. En otros lados, como la parroquia de Oro Verde, organizó, para el domingo 21 de junio, una venta de chorizos caseros.
En abril, a poco de comenzar el encierro, Entre Ríos Ahora hizo un relevamiento y contó cómo hacen los curas para sostenerse económicamente en medio de la pandemia. «En relación al sostenimiento de los curas, hay sacerdotes que tienen horas de clase, otros que tienen capellanías (hospitales y/o fuerzas de seguridad), otros reciben ayudas económicas de sus familias, otros tienen propiedades heredadas de sus papás -nosotros no tenemos voto de pobreza- y reciben por ellas un ingreso mensual por alquiler (y puede haber alguna otra forma más). En muchas parroquias la comida de los curas es ofrecida de manera voluntaria por las familias; incluso, muchas familias han optado por distribuir en una grilla, asumiendo una comida por mes», contó entonces el cura Leandro Bonnin, de Cristo Peregrino.
Ignacio Patat, párroco en Virgen de la Medalla Milagrosa y vocero del Arzobispado de Paraná, es tajante: «No hay misa, no hay ingresos por colecta, y sin embargo los pagos tienen que hacerse. En aquellos lugares donde tienen empleados, y lo gastos fijos, como la luz, el gas, el telefóno, nuestra mutual, la jubilación. Todo eso se paga igual. Ante la pregunta de la gente, lo más práctico es la transferencia bancaria, pero cada uno se las va ingenieando como puede».
En la emergencia, dice Patat, cada parroquia resuelve según su necesidad: en unos casos entregamos el CBU para que la gente pueda depositar en la cuenta del banco; en otros, unas familias piden hacerse cargo de una cuota de la factura de la luz o el gas, o el teléfono. «Pero no hay nada establecido. Cada uno va resolviendo», dice.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora