El deporte, cuando se practica en los bordes de una ciudad, tiene que adaptarse a las circunstancias. Y si en esos bordes no hay un club, un sitio preparado, las mañas pueden más que la fuerza: se improvisa un ring, vergibracia, en un patio, al costado de un depósito, se cuelga la bolsa, se dejan los guantes, se convive con todos. La pista es de quien la quiera usar. Y todos practican, a su modo.
Foto: César Pibernus.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.

