El cura José María López, que en marzo de 2018 había asumido como párroco de Nuestra Señora de Luján -el templo ubicado en 4 de Enero y Santos Dominguez, de Paraná- se despidió de su comunidad y, «por un problema de índole personal», dio un paso al costado del cargo que había asumido.

«Querida comunidad. Hemos compartido dos años y 4 meses y aprendí a quererlos mucho. Me han acompañado en todo y estoy profundamente agradecido. Pero tengo que comunicarles que por un problema de índole personal que me afecta he decidido en comunión con el Obispo presentar mi renuncia a párroco de Luján. Y tomarme un tiempo. Cuento con sus oraciones y afecto. Un abrazo grande a todos», comunicó el sacerdote su decisión mediante un mensaje de whatsapp.

¿Por qué se fue? ¿Dejó el sacerdocio? ¿O solo su función de párroco en Luján?

«Dejo solo la parroquia, no el ministerio», aclararon desde la curia. «Lo que pasa es que uno con la renuncia libera el lugar y el obispo puede poner alguien en reemplazo. Y todos los movimientos se hacen en acuerdo con el obispo», indicaron.

En realidad, suelen ser intrincadas las resoluciones burocráticas de la curia cuando un sacerdote se ve obligado a dar un paso al costado.

El último caso, que bordeó el escándalo, ocurrió en Nogoyá: Carlos Benavídez, que fue apartado de su función de párroco de San Ramón Nonato y retirado de la ciudad por orden del arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, el 10 de junio de 2019. Benavidez abandonó la ciudad entre gallos y medianoche y tras ventilarse un escándalo de alcoba que lo tuvo como protagonista.

La Iglesia apartó al cura Benavidez de su función después de recibir la comunicación del papá de una nena que asiste a la escuela parroquial San Francisco, que contó de una situación de acoso de parte del sacerdote. La medida, dispuesta por el arzobispo Juan Alberto Puiggari, se concretó el lunes 10 de junio. Desde ese día, Benavidez fue enviado a su casa, sin función pastoral.

También Benavidez apareció en varios chats que se hicieron públicos y en los que ofrecía dinero o ayuda a hombres con problemas de empleo. Lo hacía a cambio de relaciones sexuales. Así lo expresó José Sánchez, el changarín de Nogoyá que se hizo famoso con la fábula del hallazgo de un bolso con 500 mil dólares y que le prodigó varios minutos en el prime time de la televisión nacional. El changarín hizo una insólita denuncia judicial: dijo haber cobrado $1.000 por sexo, dinero que el cura le entregó en la casa parroquial de San Ramón Nonato.

En 2017, Alfredo Nicola fue removido de su función de párroco de la  parroquia Jesucristo Maestro y Señor de la Humanidad y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya de Oro Verde. Desde entonces no ha vuelto a tener ningún destino eclesiástico.

Nicola estuvo envuelto en pequeños escándalos a lo largo de 2017, y fue protagonista de una serie de notas periodísticas en la revista «Análisis» sobre supuestos casos de abusos a menores.

Además, protagonizó un pequeño sainete en Oro Verde antes de ser reemplazado. Se fue de modo intempestivo de la parroquia de Oro Verde el 25 de octubre de 2017 por un cuadro de estrés, según se encargó de explicar, pero volvió antes de que cante el gallo: el miércoles 29 de noviembre apareció, aparentemente recuperado de su cuadro de salud, y exultante. El cura Daniel Rodríguez, que había sido vicario -un escalón por debajo de párroco- y fue promovido a administrador parroquial durante la ausencia de Nicola puso el grito en el cielo con ese regreso sorpresivo. La indignación de Rodríguez fue tal que hasta manejó la posibilidad de renunciar al sacerdocio, y marcharse de vuelta a su ciudad, La Paz.

No ha vuelto a tener destino parroquial Nicola.

Ese mismo 2017 se fue el párroco de San José, de Hasenkamp, Alfonso Dittler.

El cura Alfonso Dittler explicó que se alejó temporalmente del sacerdocio para “tomarme un tiempo de oxígeno”.

Hasta el domingo 19 de marzo de 2017, Dittler fue párroco de San José de Hasenkamp. Ese día, durante la fiesta patronal, se dirigió a los fieles que a esa hora ocupaban el templo, y les anunció que se iba. No volvió más.

“Mi motivo es personal”, explicó en declaración que formuló al programa La mañana de Tanomanía, que se emite por FM Siglo 21, de Hasenkamp. Y que esa motivación tiene que ver con dos situaciones: “Para estar más cerca de mi madre que está enferma, por un lado. Y por otro lado, también (para) tomarme un tiempo de oxígeno para mí, personalmente, para detenerme un poco, ordenar un poco las cosas”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora