La situación interna de la seccional Entre Ríos de la Unión Traniarios Automotor (UTA) ha comenzado salir a la luz luego de 36 días de paro de los choferes de colectivos.
La medida de fuerza, inédita por su extensión, se disparó por las deudas salariales que acumulan las empresas Ersa Urbano SA y Transportes Mariano Moreno SRL, que juntas conforman Buses Paraná, la unión transitoria de empresas (UTE) que desde julio de 2018 tiene la concesión del servicio.
El conflicto se ha complejizado por la pandemia de coronavirus que, raíz de las medidas de aislamiento, restó, desde marzo pasado, la cantidad de pasajeros transportados y así también la recaudación de las empresas.
Los delegados ha presionado a la UTA para que adopte una postura más firme, y lo han hecho con sucesivas movilizaciones a la sede central del sindicato en Paraná.
En uno de esos encuentros, el jueves 30 de julio, se produjo una fuerte discusión entre los choferes y la conducción de UTA, que encabezan Juan Carlos Dittler, secretario general, y Sergio Groh, secretario gremial.
En medio de una discusión, se presentó el dirigente Enrique Jacob, miembro de la comisión directiva de UTA Entre Ríos, que increpó a los delegados de los choferes.
«Nosotros no tenemos respuestas coherentes de la empresa por eso seguimos con la medida de fuerza», intenta explicar Groh a los choferes.
«Están arreglando a costilla de nosotros», se queja uno de los choferes.
Entonces interviene Jacob: «Vos dejá de provocar, flaco. Si vas a venir a hablar, hablá con respeto».
La intervención de Jacob generó el repudio generalizado y el pedido de Dittler y Jacob para que se retire.
El incidente se suma al clima de tensión que reina en el gremio de los -choferes, sin respuesta al reclamo salarial.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora