El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a Atilio Ricardo Céparo a 11 años de prisión por el secuestro y la aplicación de torturas contra una enfermera en septiembre de 1976 y consideró que los delitos fueron cometidos “en el marco del segundo genocidio nacional”.
Céparo, quien es suegro del vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) Emilio Castrillón, es el primer integrante de la Policía de Entre Ríos en recibir una condena por su rol en la dictadura. También se instó a que se lo investigue como integrante de una asociación ilícita para la persecución de perseguidos políticos.
El tribunal, integrado por Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros, dio a conocer pasadas las 15 de este martes el veredicto en la causa que tuvo a Atilio Céparo como acusado por los delitos de privación ilegítima de la libertad cometida por un funcionario público, con abuso de sus funciones, sin las formalidades previstas por la ley y agravado por la utilización de violencia; e imposición de tormentos contra una mujer, en septiembre de 1976, agravado por la condición de perseguido político de la víctima.
Céparo, de 67 años, nació en Hasenkamp, departamento Paraná. En 1976, cuando se produjo el secuestro de la mujer por el cual fue condenado, era oficial ayudante de la Policía de Entre Ríos y se desempeñaba en la División Despacho de la Jefatura Departamental de Paraná, según consta en su legajo personal.
Céparo quedó cesante de la Policía a partir del 24 de julio de 1981, tras un sumario administrativo en el que fue acusado de haber cobrado indebidamente multas en nombre del Estado. En 2003 presentó un recurso de gracia pidiendo su reincorporación al cuadro de oficiales de la Policía. En ese momento invocó “la difícil situación económica que atraviesa” y dijo que el sumario había sido “arbitrario y viciado de nulidades”.
El gobierno de Sergio Montiel rechazó el recurso en noviembre de 2003 y la medida fue confirmada en abril de 2005 por Jorge Busti.
Luego de su cesantía fue chofer de ambulancias y de una cochería de servicios fúnebres de La Paz. Hasta su detención, el 18 de diciembre de 2014, se desempeñaba como chofer del Superior Tribunal de Justicia (STJ), cargo para el que había sido propuesto por el vocal de la Sala Civil, Emilio Aroldo Castrillón.
Céparo, además, es el padre de Natalia Céparo, esposa del juez Castrillón.
El Tribunal Oral Federal de Paraná lo condenó por los delitos de privación ilegítima de la libertad cometida por un funcionario público, con abuso de sus funciones y/o sin las formalidades previstas por la ley y/o desempeñando un acto de servicio y en esa situación cometiera acto de vejación o aplicare apremios ilegales o imposición de tormentos contra una mujer, a la que secuestró de su lugar de trabajo en 1976.
La causa se inició a raíz de la denuncia que presentó una mujer que dijo haber sido secuestrada por tres policías provinciales –entre los que estaba Céparo– el 23 de septiembre de 1976, en horas de la mañana, del Sanatorio La Entrerriana, donde ella trabajaba como enfermera, y la trasladaron en un automóvil Ford Falcon, primero a la Jefatura Central de Policía y luego a la Comisaría Quinta.

La participación de Céparo en la detención ilegal de la mujer fue revelada por un hombre que se encontraba en los pasillos del sanatorio y lo conocía porque ambos vivían en La Paz, tal como lo declaró en sede judicial.

De acuerdo con la acusación, la detención de la mujer se realizó sin ningún motivo, tampoco se cumplieron las prescripciones legales, no fue dispuesta por un juez ni tampoco se comunicó del arresto de la mujer a ninguna autoridad.

Incluso, la detención ilegal se produjo al día siguiente de que una patota policial se llevara a una amiga de la casa en la que ambas vivían, en Paraná.

Según su testimonio, la mujer permaneció seis días en la Comisaría Quinta, hasta que Céparo se presentó nuevamente y pidió por ella para trasladarla otra vez a la jefatura –lo reconoció por haber escuchado que se identificaba con su nombre en la guardia–, donde fue sometida a interrogatorios bajo torturas con picana eléctrica. En esa ocasión, estando acostada en una parrilla, también alcanzó a ver a Céparo a través de un hilo de luz que había en la venda que le cubría los ojos, cuando le ataba los pies al borde de la cama.

Céparo fue detenido el 18 de diciembre de 2014. En su descargo, negó su responsabilidad, aseguró que “la orden de detención provino de una autoridad superior”, que se produjo sin violencia y “a la vista de todo el mundo”, y que la mujer no fue trasladada a ningún centro clandestino de detención, sino a una comisaría.

Fuente y foto: El Diario.