Fátima Florencia Belén Acevedo, 25 años, mamá de un nene, fue víctima de un femicidio muy anunciado. La mató, así lo plantea la hipótesis fiscal en el juicio que se desarrolla esta semana en Tribunales, Jorge Nicolás Martínez, su expareja, entre la mañana y la tarde del domingo 1° de marzo de 2020, y arrojó su cuerpo al fondo de un aljibe de 18 metros, en cercanías de su vivienda, en Hernandarias al final y Soldado Bordón.
No se supo de ese desenlace sino hasta una semana después, el domingo 8 de marzo.
Ese año 2020 Fátima Acevedo había puesto al corriente a las autoridades de la violencia de la que era víctima.
El 4 de febrero se presentó en la Comisaría Tercera y contó que Martínez la insultaba y que hacía una semana, aproximadamente, había querido arrojarle ácido muriático en el rostro, y también que ante su presencia, en gesto amenazante, había afilado una cuchilla.
Fue entonces que decidió buscar acogida en la Casa de las Mujeres, un refugio que pertenece a la Municipalidad de Paraná, pero ni allí pudo conseguir seguridad.
Cuando se presentó en la Comisaría Tercera, pidió que efectivos policiales concurrieran a la casa de Martínez a retirar sus pertenencias. Pero Martínez se rehusó a entregarlas.
Intervino la Fiscalía, pero tampoco sirvió.
Tres días después, el 7 de febrero, se produce un allanamiento. Todo eso, denuncia en la Policía, intervención de Fiscalía, allanamiento, no bastó para entender la gravedad de aquella situación.
«Puede ser que cuando termine muerta por culpa de él, la policía y el juzgado y toda la mierda que tienen que hacer algo, puedan hacer algo. Mientras tanto, tendremos que seguir pagando las consecuencias con el gordo».
(Audio de Fátima Acevedo a una amiga)
El día 5 la Fiscalía solicitó al juez de Garantías Mauricio Mayer que dicte una perimetral y la prohibición de acercamiento de Martínez a Fátima. Fue por 90 días. Lo notificaron al día siguiente, 6 de febrero.
El 11 de febrero Fátima acude nuevamente a la Comisaría Tercera: reclamó que Martínez le restituyese pertenencias que habían quedado en la casa y que no había entregado durante el allanamiento.
El 17 se presenta en la Comisaría y denuncia que Martínez había rondado el día 14 la sede de la Casa de las Mujeres. Ese mismo día acude al Ministerio Público Fiscal y detalla esa misma situación: le aconsejan que ante un nuevo hecho de ese tipo, debe llamar al 911. Le instalan en su celular la aplicación del botón antipánico.
Ese día
El femicidio de Fátima Acevedo ocurrió el domingo 1° de marzo de 2020.
Ese día, la chica sale de la Casa de las Mujeres a las 9,15 y toma un remis que la lleva a la vivienda de Martínez.
Habían acordado encontrarse con la excusa de que él le compraría un teléfono celular a través de Mercado Libre.
Después se supo, eso había sido un simple ardid.
A la tarde, alrededor de las 16,30, se los ve caminar juntos. Pero un rato después, cerca de las 17,30, una vecina de Martínez lo verá andar solo y lo describe como en estado nervioso.
Pidió una pala para enterrar a un perro, que luego fue hallado al fondo del aljibe, junto al cuerpo de Fátima.
El 5 de febrero, menos de un mes antes, la Justicia le había aplicado una perimetral por 90 días.
El 17 de febrero Fátima había acudido a la sede del 911 y allí le instalaron en su celular la aplicación del botón antipánico.
Nada de todo eso bastó: el femicidio anunciado ocurrió de un modo fatal.
“Yo estoy podrida de cargarlo denunciándolo y que la policía no haga nada, ni la policía ni el juzgado ni nadie. Ayer fui al juzgado a ver qué es lo que había pasado con las últimas denuncias que yo había hecho que nunca me llegaron los papeles de la órdenes de restricción ni nada y ¿qué me dieron?: un papel del año 2018 que no me sirve ni para mierda. Encima como andaba con la cabeza recontra embolada me di cuenta recién ayer cuando llegué a casa. Ya no sé qué hacer. No veo la hora de que ese hijo de puta caiga preso y que pague todo lo que está haciendo. Pero como tiene gente en la policía y el juez Toloy es amigo de él y de toda su familia, nunca va a pasar nada”.
(Audio de Fátima Acevedo a una Amiga)
Recién el lunes 2 de marzo, a las 15,03, Bibiana Mabel Hermosí, de la Casa de las Mujeres, radica la denuncia en la Comisaría Tercera por la desaparición de Fátima.
Un día después, el 3, la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual toma intervención. Se ordena un allanamiento a la casa de Martínez y se pide informes al Nuevo Banco de Entre Ríos sobre los movimientos registrados en la cuenta de Fátima: se constata que el martes 2, alrededor de las 16, había hecho uso de la tarjeta bancaria. Quedó registrado en las cámaras de seguridad.
Se ordena un segundo allanamiento y Martínez queda detenido. No volverá a salir de la Unidad Penal y allí esperará el resultado del juicio que ahora se sustancia por el femicidio de Fátima Acevedo.
Ese día, 3 de marzo, la Fiscalía solicita a Inteligencia Criminal de la Policía de Entre Ríos que investigue la operatividad de la línea de celular que utilizaba Fátima, como así también otra línea desde la cual una amiga había recibido un mensaje de texto: le decía que se ausentaría de la ciudad por un tiempo, que había cambiado de número de teléfono “porque los gitanos le habían roto” su antiguo aparato.
El mismo 3 se da al a directiva a la Policía para que encaren la tarea de búsqueda de Fátima en inmediaciones de la casa de Martínez, en Hernandarias y Soldado Bordón. Y se pide la intervención de las líneas telefónicas que utilizaba Fátima, la real y la ficticia y que se verifiquen los movimientos de su tarjeta SUBE.
El miércoles 4 la investigación judicial continúa con el testimonio de personas relacionadas con Fátima y también con Martínez.

El jueves 4 Inteligencia Criminal brinda a Fiscalía información de los chips de los teléfonos que usaba Fátima. Además, se perita el celular de Martínez, en el que se encuentran conversaciones que mantuvo con Fátima, con su madre, las notas en las que crea los mensajes truchos haciéndose pasar por la víctima y se constatan búsquedas de páginas web desde el celular.
A las 11 de ese día Martínez presta declaración de imputado en Fiscalía y a las 13,30 se realiza la audiencia ante el juez de Garantías Mauricio Mayer, que le aplica 15 días de prisión preventiva. La Fiscalía había pedido 60 días.
La Fiscalía entrevista ese jueves 4 a una expareja de Martínez que da cuenta de la violencia que marcó la relación.
Se realiza un tercer allanamiento a la vivienda de Hernandarias y Soldado Bordón y se inician tareas de rastrillaje en búsqueda de Fátima.
A las 7 de la mañana del viernes 6 unos 120 efectivos policiales “peinan” la zona próxima a la casa de Martínez. Se inspecciona un aljibe del que se extraen prendas de vestir.
El sábado 7, desde las 7,30, 150 efectivos participan de un nuevo operativo de búsqueda: se inspeccionaron los sectores que marcaban los canes, y los datos aportados por un testigo. Ese día la Fiscalía entrevista a la madre y a la hermana de Martínez, y recibe un testimonio clave: del remisero que llevó a Fátima el domingo 1° desde Avenida Almafuerte hasta la casa de Hernandarias y Soldado Bordón.
El domingo 8 el operativo de rastrillaje se focalizó en el aljibe próximo a calle Tibiletti y se agregó la información aportada por la prestataria de telefónica celular: el teléfono de Fátima no se había movido de esa zona. Vuelven a inspeccionar el pozo ya visto el viernes.
“Llegado el mediodía da aviso el bombero que se encontraba trabajando en el interior del pozo que divisaba el cuerpo de una persona. Una vez localizado y habiéndose avisado inmediatamente al fiscal (Leandro Dato), quien se constituyó en el lugar, dando las directivas al respecto, donde luego del trabajo de personal de bombero se pudo sacar el cuerpo de una persona de sexo femenino, que de acuerdo a las características y vestimenta que tenía, se trataría de quien en vida se llamaría Fátima Florencia Acevedo”, dice un informe oficial que aquellos días aciagos.
También en el aljibe estaba la mochila con la documentación de Fátima.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora