El exintendente de Crespo y actual coordinador de Inversión Pública de Entre Ríos, Ariel Robles (PJ), se defendió de las acusaciones en su contra este viernes en el marco del juicio que se le sigue por el presunto delito de peculado durante su última gestión municipal.

En su exposición ante el Tribunal integrado por los jueces Pablo Vírgala, Gustavo Pimentel y Alejandro Grippo, aseguró que la causa fue armada por el actual intendente Darío Schneider (Juntos por el Cambio), con quien se enfrentó en las elecciones de 2015.

“Yo no quiero ser más intendente. Este no es un mensaje político, esto sale de mis entrañas: no quiero que le pase a otros lo que vivimos nosotros. Que llegue mucha gente buena y se ponga a disposición del Estado y se los corra de esta forma”, dijo Robles, quien en dos ocasiones se mostró conmovido, casi al borde de las lágrimas.

Cabe recordar que en el juicio se discute la presunta distribución -por parte de Robles y otros dos funcionarios- de materiales de construcción entre 2014 y 2015 con el fin de “captar votos”. La causa comenzó a tramitarse en 2016, tras la denuncia de Schneider.

Según la tesis acusatoria, los insumos comprados de forma directa a tres corralones de la ciudad -Agrícola Regional, Nutritotal y Nutrihaus- luego se entregaban a vecinos sin respetar normativa alguna, como la ordenanza 3/2003, que regula el otorgamiento de los subsidios a personas físicas y jurídicas; la 53/96 y 55/11, que regula las órdenes de compra y contrataciones, y la ley provincial de contabilidad pública, N° 5140. 

Por el contrario, los abogados defensores Miguel Ángel Cullen y Guillermo Vartorelli sostienen que no hubo irregularidades en la entrega de los materiales para la construcción.

En la causa también están acusados la exsecretaria de Hacienda y Economía, la contadora Leonor Evangelina Winderholler; y el exsecretario Gobierno, Jorge Jesús Waigel, quienes este viernes también declararon ante el Tribunal y respondieron preguntas de la Fiscalía y su defensa.

Robles: “Nunca pensé que iba a estar en este escenario”

“Por mi forma de moverme, nunca pensé que iba a tener que estar en este escenario. Después de la denuncia esperaba que pase el tiempo lo antes posible para poder contar nuestra verdad”, arrancó el exintendente Robles al declarar ante el Tribunal.

Luego planteó que la acusación de entrega de materiales de la construcción con fines proselitistas provino desde Cambiemos y que no tiene asidero en la realidad: “Durante la campaña comienzan diciéndolo por abajo, boca a boca. Después comenzaron a subirlo a las redes sociales y luego lo decían públicamente”, afirmó.

Agregó que una vez en el poder, la gestión de Schneider, su rival, “comenzó a buscar eso que habían dicho”. “Tenían que encontrar en esos 500 millones de pesos que administramos nosotros durante cuatro años eso que por la calle dijeron fuertemente. Pasaron los días y no pasaba nada. Luego a alguien se le ocurre hablar con docentes amigos de la Universidad Nacional del Litoral, para que encuentren lo que estaban buscando. Ahora me doy cuenta que la información que le entregaron para la auditoría no era total. Pudo haber sido intencional para encontrar la justificación de lo que venían relatando”, aseveró.

Continuó señalando que Schneider armó una conferencia de prensa en mayo de 2016 para hacer “una puesta en escena de lo que habían hallado” y que “utilizó otras mentiras para ir justificando todo este proceso”.

“No saciados con esto, contratan un buffet de abogados de Paraná para que los ayuden a formular una denuncia”, agregó, en referencia al estudio de Rubén Pagliotto.

Luego ponderó las declaraciones testimoniales de Hernán Jacob, actual secretario de Economía, Hacienda y Producción del municipio; y de Lilian Caballero, asesora legal del municipio de Juntos por el Cambio. Ambos tuvieron participación en el sumario administrativo que inició Schneider para determinar irregularidades en la entrega de materiales de construcción.

“Jacob y Caballero, que lideraron la investigación, fueron muy claros cuando dijeron que en todo ese proceso no pudieron encontrar que nosotros nos hayamos llevado un peso”, resaltó Robles.

En ese marco, reflexionó que las 234 personas que recibieron los materiales durante el lapso investigado –diciembre de 2014 y 2015- no eran determinantes para inclinar la balanza a su favor en la elección en un pueblo compuesto por poco más de 19 mil habitantes.

“Uno gestiona resolviendo problemas. El intendente no está pensando en los 234 que me van a ir a votar. Eso es un error. En la cabeza del votante inciden infinidad de cosas. El intendente tiene que estar enfocado en las cien industrias que también quieren que le reduzcan los impuestos; los setecientos vecinos que quieren que le mejoren la iluminación; y los cuatrocientos empleados que quieren una mejora salarial. Hay muchas cosas para medir en términos de voto. Uno gestión trata de ser eficiente. Yo le bajaba líneas bien claritas a mi equipo. Les decía que hagan todo, pero respetando la leyes locales, provinciales y nacionales”, señaló.

Más adelante, contó cómo era el proceso de ayuda a las personas que lo requerían. “Lo único que yo hacía era ver si podía detectar una necesidad en una recorrida. Había vecinos que se acercaban y me mostraban cómo estaba su casa y yo le decía que hicieran una nota, y que las asistentes sociales harían un informe socioeconómico y, si correspondía, los íbamos a ayudar, pero que no me pidan que transgreda la norma”, manifestó.

Tras alegar que en su gestión se ocupaba de realizar a una administración eficiente para generar recursos que iban destinados a mejorar la ciudad, expresó su angustia por haber sido sometido a un proceso judicial penal que duró cinco años: “La escalada de mentira llegó a tal punto que el intendente Schneider no recordó cuánto pagó por la auditoría que llevó a la única denuncia penal de la historia de Crespo. Yo no quiero ser más intendente. Este no es mi mensaje político, esto sale de mis entrañas: no quiero que les pase a otros lo que vivimos nosotros. Que llegue mucha gente buena y se ponga a disposición del Estado y se los corra de esta forma”, aseveró.

Antes de robles declararon sus exfuncionarios, Leonor Evangelina Winderholler y José Luis Waigel. La primera sugirió que los funcionarios de Juntos por el Cambio que estuvieron al frente de la investigación sumarial entregaron documentación sesgada a la auditora de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), con el fin de obtener un resultado que incrimine a la gestión de Robles.

“A la contadora de la UNL se le suministró una parte de la documentación, seguramente con alguna finalidad”, deslizó.

Asimismo, manifestó que desde la gestión de Cambiemos se lanzó una “fuerte campaña de desprestigio” y advirtió que cuando el intendente Schneider declaró “reconoció que la ordenanza 03, de 2003, no preveía una resolución del Ejecutivo para la entrega de materiales”.

“A cada uno se nos realizó una fuerte campaña de desprestigio por el supuesto incumplimiento de una resolución que el propio denunciante dijo que no debía realizase”, subrayó.

A su tiempo, Waigel manifestó que el trámite comenzaba con un pedido de un vecino, seguía con la visita de asistentes sociales y terminaba con la compra, la entrega y el control del uso de los elementos. “Entiendo que los hechos que se denunciaron ninguno se ha probado, por el contrario, se ha probado en el debate que las entregas de materiales que se realizó en la gestión de Robles respondió al procedimiento que se venía utilizando en Crespo desde siempre”, sostuvo.

En cuanto a las compras directas de los materiales, dijo. “Era compra directa porque era lo que autorizaba la ordenanza por los montos de los que se trataba. Era la forma de contratación más conveniente que evaluamos para estos casos individuales”.

Tras la declaración de los acusados, el juez Vírgala dispuso un nuevo cuarto intermedio hasta el lunes que viene.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.