El sacerdote salesiano Rubén Antonio Romero, que distribuyó un cuadernillo entre los alumnos de 4° año del Instituto Santa Teresita de la Obra de Don Bosco de Concepción del Uruguay sobre educación sexual con conceptos retrógrados -la homosexualidad es una «desviación», las relaciones prematrimoniales conducen a la prostitución, entre otras barbaridades- que contraría la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), obra un sueldo del Estado provincial. Entre Ríos Ahora pudo confirmar que cuenta con seis horas cátedra en ese colegio confesional de La Histórica.

La Ley N° 26.150, sancionada en 2006 y que crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, fija de modo taxativo: «Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos».

Entre los objetivos, está asegurar «la transmisión de conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral».

 

No es lo que ocurrió con la distribución de un cuadernillo cargado de prejuicio y desconocimiento por parte del sacerdote Rubén Romero a los alumnos de 4° año del Instituto Santa Teresita de la Obra de Don Bosco, de Concepción del Uruguay. El sacerdote tiene a su cargo una cátedra de Psicología y su situación de revista es la de suplente en cargo vacante. Llegó a Entre Ríos en 2019 desde San Juan. Tiene 58 años y una antigüedad de menos de 2 años en la docencia en la provincia, según los registros del Sistema Administrativo de Gestión Educativa (SAGE), la base de datos del Consejo General de Educación (CGE) que contiene la información de maestros y profesores de todo el sistema educativo entrerriano.

El texto que el sacerdote Romero distribuyó entre sus alumnos contiene aseveraciones cargadas de prejuicio y total ausencia de comprobación científica. El religioso salesiono enseña que el “acto sexual” debe ser “asumido con responsabilidad y poseer las garantías mínimas de estabilidad de la pareja y de la educación de los hijos. Esto sólo se da en el matrimonio. Un acto sexual sin estas garantías mínimas es un desorden grave. Las relaciones parematrimoniales suelen darse por lo general como una búsqueda egoísta del placer, en lo que se denomina ´amor libre´, que es sinónimo de amor sin compromiso o sin responsabilidad (egoísmo al fin)”.

Después, agrega: “Como consecuencias comunes de este desorden podemos citar: los casamientos de ´apuro´ que normalmente terminan por fracasar; las madres solteras con las consiguientes dificultades para sus hijos; y el aborto que es un asesinato”.

El prejuicio abunda en el texto con el que se enseña Psicología a los estudiantes de 4° año del colegio salesiano de La Histórica. “Las relaciones prematrimoniales en muchos casos conducen a la prostitución y a la adquisición de enfermedades de transmisión sexual”. 

En ese tono, añade: “Una situación muy compleja y delicada que se puede dar es la homosexualidad. Si se entiende como homosexualidad como relaciones genitales entre personas del mismo sexo, es un desorden grave ya que no están al servicio del amor, ni de la vida. Esto es física, psicológica y afectivamente anormal. Esta situación es fruto de una tendencia desviada. La tendencia homosexual en sí misma no es pecado ya que puede tener diversas causas físicas o psicológicas (falsa educación, evolución sexual anormal, hábitos contraídos o malos ejemplos),  y no siempre con culpa de sujeto. Inclusive, en determinadas etapas de la vida se da esta tendencia aunque no se manifieste en conductas genitales, y es un paso hacia la adquisición de la auténtica sexualidad. El problema viene cuando esa tendencia no maduró y se desvía (se convierte en una actitud constante y predominante en el sujeto).  De este modo, se pasa de la tendencia a los hechos y entonces hablamos de desviación grave”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora